"No les podemos robar el balón porque no lo tienen". La frase es del
ciezano José Antonio Camacho durante la retransmisión por Tele 5 del
partido España-Rusia. Fernando López Miras ha calcado tan ingenioso
hallazgo retórico tras el anuncio por el delegado del Gobierno, el
socialista Diego Conesa, de que el AVE llegará a la capital de la Región
cuando concluyan las obras del soterramiento, obviando la ´solución
provisional´ de un adelanto en superficie: «El Gobierno de Pedro Sánchez
nos roba el AVE que ya teníamos», dice el presidente de la Comunidad.
¿Dónde estaba ese AVE? ¿Dónde ha estado durante la larga década en
que los sucesivos Gobiernos del PP nos han anunciado su inminente
llegada coincidiendo con las uvas de uno y otro año? Ah, que esta vez
era cierto, que ya estaba a las puertas, que iba a realizar su primer
trayecto el 30 de agosto, cambiando las uvas por los higos... No hay AVE
que robar porque, parafraseando a Camacho, el Gobierno regional no lo
tiene. Pero lo más evidente, y es a lo que López Miras no quiere hacer
oídos, es que la gente no lo quiere. No lo quiere en superficie. No lo
quiere partiendo en dos los barrios del sur. No lo quiere como solución
provisional, a sabiendas de que lo provisional se eterniza. La gente lo
quiere soterrado, tal y como está diseñado precisamente por el Gobierno
del PP. ¿O es que no?
El Gobierno popular ha tenido ocasión de
apreciar ese rechazo: una movilización continuada, persistente,
incansable, diaria, como nunca se ha dado en esta Región para cualquier
otro problema. Y coronado este movimiento con una manifestación de
50.000 personas en pleno centro de la capital. Más una actitud
colaborativa de los vecinos: AVE sí, pero soterrado.
¿Cómo se puede
despachar todo esto aludiendo al ´interés general de la sociedad
murciana´? ¿Qué cosa es la sociedad murciana? ¿Sólo los estamentos que
apoyan la posición del Gobierno? ¿La sociedad murciana se reduce a la
CROEM y a ciertos colegios profesionales? ¿No son también sociedad
murciana las asociaciones vecinales, los partidos políticos de la
oposición que, en su conjunto, tanto en Murcia como en Cartagena y en la
Asamblea Regional, suman más apoyos que el partido del Gobierno?
No
existe una Sociedad Murciana SA, sino una sociedad murciana plural, cuyo
interés general nadie puede interpretar como si dispusiera del
copyraid. La tópica acusación de que el PSOE pretende hundir a la Región
es de niños: uno no entiende qué interés podría tener Diego Conesa en
cargarse la Región, sobre todo cuando aspira a gobernarla.
Más bien
parece que López Miras pretende reproducir un marco en el que, una vez
que su partido ha dejado de gobernar en España, puede por fin exhibir
sus dotes reivindicativas. Su problema es que las reivindicaciones
respecto al AVE han sido ya atendidas por el PSOE, que ha aceptado el
riesgo de escuchar a los ciudadanos antes que a los estamentos, y más
cuando éstos, en toda circunstancia, se muestran sistemáticamente
comprensivos con el PP.
Determinados políticos se hartan de
decir que hay que salir a la calle y escuchar a la gente, pero salen
cuando las calles están vacías; cuando están llenas, mandan a la
Policía. El PP debería haber aprendido de la experiencia de la guerra de
Irak. Cuando el personal se disocia de la política oficial, da igual
que se apele a razones de Estado o a lo que desde el poder se decide que
es mejor para los intereses generales.
Y más cuando la gente no dice
cosas raras; los vecinos del sur de la capital sólo piden que el AVE
llegue soterrado, lo que curiosamente coincide con el proyecto del PP,
pero éste, en vez de contemplar netamente ese deseo, ha pretendido
adelantar el suceso en superficie. ¿A qué vienen las prisas después de
doce años de retrasos por propia incompetencia en la gestión de
gobierno, aunque en favor de López Miras sólo pueda atribuírsele una
responsabilidad epigonal?
Murcia necesita el AVE para progresar.
Bien. ¿Quiere esto decir que, después de una década de espera el drama
se acentúa por añadir dos años más para garantizar que el tren del siglo
XXI llegue a la Región en situación de máxima excelencia? Da la
impresión de que la falsa alarma propagada desde San Esteban tiene otro
origen: el riesgo de que los ciudadanos puedan constatar en la próxima
primavera, justo antes de la fecha electoral, que es posible llegar a
Madrid en tres horas a través de Camarillas (es decir, sin rodeos, el
trazado natural) en un tren convencional tan cómodo como el AVE y mucho
más barato.
No veo a López Miras y a la plana mayor de CROEM
manifestándose a diario en las vías bajo el lema «AVE en superficie,
ya», aunque debieran hacerlo sólo por la curiosidad de visitar la zona
alguna vez en sus vidas. Dice el presidente que la decisión del Gobierno
nacional de eludir la llegada pronta en superficie no obedece a razones
técnicas sino políticas, sin darse cuenta de que emite un elogio. Los
políticos están para hacer política. Lo que él pretendía, contra viento y
marea y contra la Plataforma Prosoterramiento, era inaugurar el AVE, de
cualquier manera, un minuto antes de las elecciones. Política electoral
en grado sumo. ¿Qué le reprocha, pues, a Conesa?
Hay una terea
que corresponde al Gobierno regional, a CROEM y a todos los agentes
sociales: controlar que el PSOE cumpla sus compromisos, es decir, que el
soterramiento siga su curso, que las licitaciones de obras se sucedan
de acuerdo a proyecto, que Camarillas deje de ser un tope... Nadie debe
fiarse de que el PSOE cumpla, como tampoco antes acerca de que lo
hiciera el PP. Mejor establecer el control sobre un diseño de sentido
común que alentar protestas por la irrupción del AVE contra la gente
realmente concernida por su infumable trazado.
A Manolo Escobar
le robaron un carro que no tenía. A López Miras, un AVE que tampoco.
Como diría Camacho, «no les podemos robar el balón porque no lo tienen».
AVE soterrado cuanto antes. Ese debiera ser el lema común.
(*) Columnista