MURCIA.- El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo
Agrario y Alimentario (IMIDA) trabaja en la recuperación y conservación
de las razas ganaderas autóctonas en peligro de extinción, como el cerdo
'chato murciano', la vaca 'murciana-levantina' y la gallina murciana,
según informa la Consejería de Agricultura.
En la raza porcina 'chato murciano' se ha pasado de 14 reproductores
en 1996 a más de 600 animales en la actualidad, mientras que en la
gallina murciana ha aumentado el número de reproductores, cercano a 600
animales, a lo que han contribuido certámenes y exposiciones como la
Feria de Ganado de Murcia.
La vaca 'murciana-evantina' ha aumentado su censo nacional a cerca
de 60 ejemplares y existe un programa de recuperación racial que utiliza
retrocruces con razas afines, controlados por el IMIDA.
En la actualidad hay ejemplares puros y con el 50 por ciento, 75 por ciento y 87,5 por ciento de genes de la raza.
Según el director del IMIDA, Adrián Martínez, la FAO destacó
recientemente en un encuentro de trabajo celebrado en Roma, con la
participación de cien países, la importancia de las razas autóctonas en
la agricultura, por su adaptación a las condiciones locales y por poseer
material genético único para los programas de mejora.
Resaltó asimismo que todas estas razas son objeto de protección
especial desde que los estados firmaron los protocolos de la Conferencia
sobre Biodiversidad, auspiciada por la ONU, y celebrada en Río de
Janeiro en 1992.
Los cambios en las tendencias de producción y consumo en la Región
fueron desplazando a estas razas autóctonas colocándolas al borde de su
desaparición.
Según Ángel Poto, investigador Responsable del Equipo de Mejora
Genética Animal del IMIDA, la raza porcina 'chato murciano' presentaba
un crecimiento lento y pocas crías en cada parto, por lo que fue
sustituida en los años 60 por razas porcinas mejoradas que crecían de
forma más rápida y producían amplias camadas y una carne altamente
proteica.
La raza bovina 'murciano-levantina' se utilizaba como elemento de
tracción en las tareas agrícolas y rurales, además de proporcionar leche
y carne de alta calidad, sin embargo, fue cayendo en el olvido al
imponerse los vehículos de tracción mecánica, como los tractores y
camiones.
La gallina murciana, junto con los pollos corraleros y los capones,
producían huevos y carne de calidad, aportando un plus a las economías
familiares de la huerta tradicional de Murcia. No obstante, la
disminución de su censo se produjo en los años 50 con la llegada de la
moderna avicultura, que introdujo en España unas aves de rápido
crecimiento y puesta muy abundante.
El Equipo de Mejora Genética Animal del IMIDA trabaja desde hace años
en la recuperación de estas razas en peligro de extinción, a través de
programas y técnicas de apoyo a la conservación tales como la creación
de un banco de germoplasma, en el que se almacenan espermatozoides,
ovocitos y embriones de estas especies, en colaboración con la
Universidad de Murcia.
También lleva a cabo, en colaboración con las asociaciones ganaderas,
la gestión de Libros Genealógicos, mediante los que se lleva un control
genético molecular y de la pureza morfológica de los animales.
Asimismo, realiza estudios productivos de los animales y sus
transformados, en colaboración con empresas ganaderas, los cuales han
dado paso al uso comercial de transformados cárnicos tan importantes
como los procedentes del chato murciano.
Para valorizar la raza de gallina murciana, el IMIDA está poniendo a
punto técnicas para la obtención del Capón Murciano, que presenta
grandes posibilidades dado su elevado valor comercial y su aceptación
por parte de los consumidores más exigentes.
Finalmente lleva a cabo la distribución de genes de las razas en
forma de animales vivos y de material genético fértil. En este sentido,
destaca la labor de vigilancia para evitar que animales procedentes de
otras razas y regiones sean inscritos como razas en peligro de extinción
en el Libro Genealógico aprobado por la Dirección General de Ganadería y
Pesca.
Todos estos proyectos de investigación han impulsado a su vez, en los
últimos años, una actividad industrial y comercial productora de
riqueza y el aumento de los ejemplares reproductores.