YECLA.- El I Encuentro“Yecla Mira al Futuro”: ¿Qué agricultura queremos?.fue
todo un éxito de organización y participación ciudadana, en las
múltiples actividades que se realizaron. Las Jornadas, en las que han colaborado investigadores, profesionales y proyectos agroecológicos sostenibles,
han demostrado la superioridad a todos los niveles de la agricultura
ecológica frente a la amenaza actual que supone la agricultura intensiva
en Yecla y en todo el mundo, a juicio de elperiodicodeyecla.com.
El actual modelo productivo está
poniendo en juego la salud de los suelos, del agua, de los animales y de
las personas. Además, da prioridad únicamente al rendimiento económico y está provocando graves daños, irreversibles en muchos casos.
El objetivo de los organizadores del evento, y de todas las entidades
que han participado, entre las que se encuentra la Concejalía de Medio
Ambiente, era exponer no sólo los problemas, sino también alternativas y soluciones viables para el futuro,
con la intención de volver al origen y recuperar una agricultura
sostenible y respetuosa con el entorno, aprovechando al mismo tiempo los
avances técnicos y conocimientos actuales.
El suelo es un recurso no renovable
Jose
Martín Soriano, Licenciado en Ciencias Ambientales, Doctor en Ciencias
del Suelo y profesor de la Universidad Politécnica de Cartagena, fue el
encargado de abrir el evento con su conferencia: ¿Qué hace una agricultura como tú en un sitio como este? Recordó lo que es realmente un suelo: “es un ente vivo,
una compleja mezcla de minerales, de compuestos orgánicos, de agua y
aire en el que viven muchísimos organismos. Nos abastecen de alimento,
regulan el clima, nos dan bienestar cuando salimos al campo y son un
reservorio de fauna y microorganismos”.
Sin embargo, estos microorganismos son los menos considerados y los más afectados por la práctica de la agricultura intensiva,
aunque al mismo tiempo son los responsables de más del 90% de la
funciones de los suelos. Según explicó Martín, “aproximadamente el 50%
de los suelos a nivel mundial están degradados o han perdido su
capacidad de cumplir todas sus funciones”.
Se trata de un recurso
no renovable. “Cuesta mucho más crearlo que destruirlo. Para crear un
centímetro de suelo hace falta mil años. Por tanto, es un valor que
debemos proteger”, afirma Martín.
Según explicó Antonio García, miembro del grupo ecologista ANIDA que participó en la ponencia: “La utilización de plaguicidas, herbicidas y fertilizantes destruyen los suelos,
toda la población de invertebrados y la flora (incluidas las especies
beneficiosas). Reducen la biodisponibilidad de nutrientes para los
predadores y, si tenemos en cuenta que el 90% de su dieta está basada en
los invertebrados, los agrotóxicos se van acumulando en sus pequeños
cuerpos. Estas sustancias perjudican la biodiversidad y provocan que los
animales mueran o se desplacen a otros lugares”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario