Toda la vida había asociado
el cristianismo con lo que yo conocí: la dictadura, el miedo, la
culpa, los rituales místicos, las procesiones de estatuas, o los
frailes malvados que retrata “El nombre de la rosa” de Umberto
Eco, etc. Claro que aquello sólo era una caricatura
siniestra del cristianismo. Por el contrario veía al paganismo
como sinónimo de libertad, del Renacimiento de los clásicos y de
los ideales ilustrados de la revolución francesa.
Luego
fui cavilando a lo largo de los años, y comencé a atar cabos. Me di
cuenta que el cristianismo es la religión más manipulada del
mundo, (todas lo están) especialmente por los herederos del
imperio romano, y que lo que conocemos de él no tiene casi nada que
ver con las enseñanzas originales del Maestro. Los evangelios
apócrifos, el estudio de las tradiciones gnósticas, Elaine Pagels,
Juan José Benítez, Andreas Faber Kaiser, Alberto Canosa, Gerardo
Amaro, Emilio Carrillo y muchos otros investigadores me abrieron los
ojos, y cada uno me descubrió un aspecto que no conocía. Mi
agradecimiento a todos ellos.
Luego
contrasté toda esta información con mi experiencia personal interna
que siempre es personal, intransferible e indemostrable. Descubrí
que sólo existe una Realidad llamada ‘Baba’, el Padre Eterno, el
Creador de todo lo que existe, la Fuente Original del
Universo, y que todo lo demás es mentira. Entonces
comencé a ver a ‘Baba’ en todas partes, en las personas, en los
animales, en los vegetales, en las montañas, en el vuelo de un
águila, en el canto de un pájaro, y sentí (y siento) una nostalgia
muy profunda por la separación de mi Padre y un deseo irrefrenable
de volver al hogar con mi familia cósmica, como en la parábola del
Hijo Pródigo. No puedo describir la fuerza de este sentimiento que
te encoge el alma y te convierte en bebé, pero San Juan de la Cruz
lo explica mucho mejor que yo. Es como la melodía triste de la
flauta de un maestro sufi.
Tras
esta experiencia dejaron de tener sentido todas las imágenes
religiosas, todas las ceremonias pomposas, todos los dogmas
prefabricados y todas las glorias mundanas. A pesar
de tanta manipulación como ha existido en los evangelios y en las
tradiciones cristianas, existe un sustrato de Verdad
que voy a tratar de resumir. Jesús nunca pidió que lo adoraran a
él sino a su Padre. La gente adora siempre al Mensajero y olvida
el mensaje. Tampoco pidió que adoraran a su Madre, que se
opuso a su misión desde el principio, sin nada que reprocharle,
porque todas las buenas madres no quieren que su hijo se meta en líos
políticos y se cree enemigos.
“Sabemos
que todos nos originamos de Dios, pero el mundo entero se haya
yaciendo el poder del inicuo.” (Perdonen mi falta de memoria
para los números de cada cita bíblica.) Esto quiere decir que
el poder, prestigio y dinero está controlado por “Don Chamuco”.
Por lo tanto nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino
contra todos los entes oscuros que corrompen la Tierra. Además
somos conscientes de que el mundo entero nos odia, porque no somos
del mundo, ni bailamos al ritmo que marcan los titiriteros.
La
buena, buenísima noticia, es que existe una intervención
divina directa, que ha llegado una legión de ángeles buenos de
alto rango para encerrar a sus hermanos caídos y liberar a la Humanidad. Esta purga ya ha empezado, precisamente este mismo mes
de junio, y terminará en septiembre de 2.019,
según Alberto Canosa, y provocará el desmoronamiento de
todas las sectas, organizaciones, logias, hermandades y camarillas
oscuras que dirigen el mundo, lo que dará lugar a un cambio de
sistema más justo, solidario y armonizado con el planeta.
Tenemos todo el derecho de nacimiento a ser libres, sabios y felices,
y a vivir en armonía con los animales y con la madre naturaleza,
pero sobre todo a vivir en comunión permanente con nuestro Creador y
en hermandad con todos los seres. La clave de todo es adorar al
Creador, no a la creación.
(*) Periodista
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