MADRID.- Con el lomo despellejado, las aves tratan de abrirse paso
entre las alas y los cuerpos magullados de sus compañeras. Tienen el
cuello pelado, delgado y canino. Dentro de una misma jaula pueden estar
nueve, diez, doce animales hacinados conviviendo hasta que les toca
poner los huevos que luego formarán las bandejas del supermercado. Son
las gallinas que producen el alimento que luego nos comemos. Una
situación que Emmanuel Macron quiere revertir en Francia. Acaba de
anunciar que, a partir del año 2025, todos los huevos que se produzcan
allí serán de animales criados al aire libre, según adelanta El Español.
Esta es la situación en la que sobreviven algunas de las miles de gallinas
que se encargan de poner los huevos que luego llegan a nuestras
neveras. En concreto, hasta el 90% de los animales utilizados en España
para esta producción viven en pequeñas jaulas juntas las unas a las
otras. Este en concreto es uno de los casos más extremos que se ha
encontrado la organización Igualdad Animal en sus investigaciones de la
industria alimentaria en España. Las fotografías que aquí se exhiben
fueron realizadas el año pasado en una granja española.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Medioambiente, en 2016 más de 40 millones de gallinas ponedoras de huevos vivían enjauladas ese año en España,
preparadas para producir y producir. Se trata del 93 % del total de las
aves que se encargan del suministro del producto que luego se come en
buena parte de las casas de este país. La gran mayoría de ellas no ve
nunca la luz del sol.
En Francia el debate está en la mesa
El debate está servido. En los últimos días se ha
conocido la noticia de que, en Francia, el gobierno de Emmanuel Macron
ha confirmado la promesa que realizó durante la campaña electoral: que los huevos frescos vendidos en el país procedieran de gallinas que fuesen criadas al aire libre.
Y así parece que va a ser. El ministro de agricultura, Stéphane
Travert, confirmó esta semana que quieren lograr que la medida se logre
poner en funcionamiento a partir del año 2022.
Francia es el principal productor de huevos de
Europa. El 70 % de los que se producen allí se obtienen de gallinas
criadas en hacinamiento, en jaulas distribuidas por centenares en
interminables galerías situadas en granjas industriales. Un negocio
enorme negocio que mueve 14.000 millones al año.
Los franceses quieren que se cambie esta
circunstancia y que estos animales comiencen a ser criados de otra
manera. El 90 % de los ciudadanos se muestra a favor de que la situación
de las aves cambie. ¿Y en España? En España el debate lleva servido
desde hace meses y la ciudadanía, en líneas generales, vería con buenos ojos que la cría de las gallinas se comenzase a realizar en todas partes al aire libre.
El Eurobarómetro de marzo de 2016 vertió tres datos
inapelables sobre lo que piensan de este asunto los españoles: el
primero, que el 94 % de los españoles considera importante proteger el
bienestar de los animales “granja”, criados en ese hacinamiento continuo
hasta formar parte de la cadena alimenticia.
El segundo, que el 84 %
contestó que la situación de estos animales debería mejorarse. En tercer
lugar, el 71 % contestó que sería preciso obtener más información sobre
cómo se trata a estas especies en las explotaciones ganaderas.
Es evidente que la preocupación existe y que está
sobre la mesa. No en vano, algunas compañías han dado ya el paso para
que todas las gallinas puedan criarse al aire libre. Desde el 1 de enero
de este mismo año, en los lineales de Lidl ya no hay huevos de gallinas enjauladas. La alemana se adelantó al resto del sector en España garantizando que el 100% de los huevos que se vendan en sus tiendas provengan de gallinas criadas libres de jaula.
Se trata de una medida pionera, dado que la gran
mayoría de los hogares de España prefieren consumir huevos de gallinas
que no estén criadas en jaulas, que hayan crecido en libertad.
Javier
Moreno, director de la ONG, Igualdad Animal, celebró la decisión de la
empresa alemana como "un punto de inflexión" en el sector y muestra un
"compromiso pionero para reducir el sufrimiento que padecen las gallinas
enjauladas".
El gigante alemán ha dado un gran paso para que
imágenes como las expuestas en este reportaje no se vuelvan a repetir.
Ya otras grandes empresas se han sumado al carro de las granjas libres
de jaulas.
Carrefour, según informó El Español, prometió que a
partir de 2025 ese será sistema habitual de producción. Lo mismo que
dijeron desde la firma Auchan. El sector ya ha comenzado a moverse para
que la oferta de huevos ecológicos, camperos y libres de jaula sea lo
habitual. Y no el hacinamiento de las aves que producen millones de
huevos al año para España.
"Un folio" por gallina
Una gallina por metro cuadrado. O incluso menos en
algunas de las fotografías que aquí podemos observar. Unas encima de
otras, las aves de algunas de estas jaulas no pueden estirar las alas
libremente. No pueden picotear en busca de comida. Algunas mueren
aplastadas dentro de la jaula.
¿Cuál es el espacio con el que, por ley, deberían
contar estos animales en sus jaulas? Según el Real Decreto 3/2002, se
establece que las gallinas que estén en jaulas acondicionadas, deben
tener a su disposición, al menos y cada una de ellas, 750 centímetros
cuadrados de superficie. Una condición que en las jaulas que aquí
mostramos no parece que se esté cumpliendo.
“Es un espacio ligeramente superior al de un
folio”, explica a El Español Silvia Barquero, Presidenta de Pacma. “Es
un eufemismo llamar bienestar animal a estas condiciones de vida. Al
estar tan pegadas, se les secciona el pico, en previsión de las heridas
que se puedan provocar debido a las condiciones de hacinamiento en las
que viven”.
“Seguiremos trabajando para que España también prohíba las jaulas. Si no quieren escucharnos, lo exigiremos desde Europa”.
La presidenta del Partido Animalista, Silvia Barquero, se muestra
decidida a luchar porque España siga los pasos de Francia y prohíba la
venta de huevos criados por gallinas en jaulas en uno de los países en los que más se produce este alimento.
“Millones de gallinas confinadas
en diminutas jaulas. Esto les provoca un horrible cautiverio que les
genera sufrimiento, estrés y graves enfermedades físicas y psicológicas.
La solución al problema que la ley llama jaulas enriquecidas no supone ninguna mejora sustancial y no asegura el bienestar de los animales”.
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