Ciudadanos es, en este momento y en
esta Región, el peor enemigo y el mejor amigo del PP, todo a la vez. Es
enemigo porque sólo Ciudadanos parece estar en disposición de acabar
con la mayoría absoluta del PP, pues la izquierda en su conjunto no
llega. Pero esto es un mal menor para los populares, porque a renglón
seguido Ciudadanos les dará la mayoría o les permitirá gobernar mediante
cualquier tipo de pacto por muy elevadas que sean las condiciones.
Esto, que digan lo que digan unos y otros, es obvio, genera un problema
en una parte del electorado potencial de Ciudadanos, pues hay quienes se
disponen a votarlos para intentar quitar al PP de en medio, pero a la
vez se dan cuenta de que, en el fondo, contribuyen a ‘salvar’ al PP por
vía indirecta. Sólo les queda el consuelo de que la influencia de
Ciudadanos contribuya a la regeneración de los populares, pero en tal
caso no estarían castigando al PP sino impulsando, a través de otro, que
el PP se limpie y se recupere.
De este modo, el PP vería perdonados sus
pecados sólo con hacer alguna penitencia y sin pasar una temporadita en
el infierno. Cosa que, paradójicamente, no sería positivo para
Ciudadanos, pues este partido surge como alternativa decente a los
desmanes del PP, y su crecimiento está encomendado a que el partido de
Rajoy y de Valcárcel siga erre que erre. En cuanto el PP se regenere,
aunque sea a martillazos, Ciudadanos retornará a los índices de UPyD. Y
ojo, el candidato Pedro Antonio Sánchez, viéndolas venir, intenta
adelantarse para regenerar al PP antes de que vengan los amigos/enemigos
Ciudadanos a regenerarlo.
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