Se dice, es la pura realidad, que todas las grandes fortunas,
los banqueros, tienen un origen criminal: contrabando de alcohol en los
Estados Unidos, mafias que en tercera generación son totalmente
legales, etc. Los orígenes de las grandes fortunas del vecino país
andorrano es mas siniestro aún. Aquellos poblados en el mismo Pirineo,
frontera natural entre España y Francia, vivían de la agricultura y de
la ganadería. Pero muy pobremente. Y por supuesto, del contrabando.
Y
con la Guerra civil española y luego con la Segunda Guerra Mundial les
tocó la lotería. A los pastores les llegaban peticiones de familias que
huían de la guerra en España y marchaban a Francia con todos sus
alhajas, ahorros, cubiertos de plata, en la maleta. Por supuesto, los
pastores se ofrecieron de guías para llevarlos al otro lado de la
frontera, a salvo de sus perseguidores. Durante la Segunda Guerra
Mundial cientos de judíos, también con sus riquezas en la maleta, oro,
brillantes, etc, solicitaban los servicios de los guías andorranos para
llegar a España, donde se les prometía refugio frente al dominio nazi.
Algunos
de esos guías se hicieron ricos. Riquísimos. Las grandes fortunas
actuales de Andorra son nietos de esos pastores, de esos guías que, en
muchos casos, se quedaron con las riquezas de los judíos que les
contrataban. Todos los años, tras el deshielo, aparece algún que otro
cadáver en los pasos de montaña. Cadáveres con las muñecas atadas con
alambres y abandonados a su suerte hace setenta años... Sus descendientes,
sí, descendientes de auténticos criminales, son los que ahora lideran
la banca andorrana, así como las grandes empresas concesionarias de
lujosas marcas de vehículos, instalaciones hoteleras, etc.
Es
la historia siniestra de un pueblo de contrabandistas cuya verdad se
esconde. Cada vez que aparecen nuevos cadáveres, se entierran en el
mayor secreto para que la opinión pública viva ignorante de su pasado.
Pero, en el fondo, siguen por la senda fácil del enriquecimiento.
Contrabando, lavado de capitales de la mafia rusa... Lavado de dinero
negro de políticos catalanes, si, de los Pujol, por ejemplo, es lo
habitual.
Hace pocos
años el patrón de una gran empresa andorrana, concesionario de vehículos
de lujo, ya muy anciano, claro, apareció muerto en un cerro. El detalle
es que sus muñecas estaban atadas con alambres, igual que hace setenta
años él hacía con sus víctimas. Los descendientes de algún judío, que
murió cuando huyendo del nazismo trató de cruzar el Pirineo para llegar a
España, debieron investigar hasta dar con el guía.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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