Las mayores muestras de torpeza tienen
lugar cuando el excesivo ego, la vanidad, la marcada autoestima nos
lleva a actuar de manera inconsciente, impidiéndonos medir nuestras
verdaderas fuerzas en la confrontación con nuestros oponentes. Y yo creo
que esto es lo que le ha ocurrido a Pedro López, el destituido portavoz
del PSRM-PSOE en el Ayuntamiento de la capital y candidato in pectore a
la alcaldía, porque eso es lo que se desprendía de sus declaraciones,
previas incluso a la reunión con la Comisión de Listas Electorales de su
partido, que tendría que decidir los nombres que formarían dicha
candidatura. Unas declaraciones en las que se ponía de manifiesto ese
´yo, mi, me, conmigo´ que tantos estropicios puede ocasionar en las
personas, porque ese alto concepto de las propias capacidades nos puede
llevar a medir mal nuestras fuerzas, y ya se sabe lo que ocurre cuando
esto sucede.
La vanidad, que es el gran enemigo de la serenidad y
de la reflexión mínimamente sensata, pareció apoderarse de Pedro López
el mismo día de la semana pasada en que se reunía la ejecutiva del
PSRM-PSOE para decidir la lista, adelantándose a la misma con
declaraciones en las que manifestaba que «es una lista endogámica»,
«este hombre no me ha dejado meter ni a una sola persona», «no soy
ningún mindundi», «no vengo a ser un mercenario de la política, vengo a
ser alcalde» o «no puede imponerme una lista por mucho que lo haya
pactado con la troika», exigiendo a González Tovar, secretario general
de su partido, que retirara del orden del día de la ejecutiva su
propuesta de lista porque, añadía «vulnera el artículo 72 de la
normativa reguladora de los cargos públicos del PSOE». Es decir, antes
de la celebración de la reunión, antes de que se pudiesen confrontar
opiniones y nombres intentaba condicionar al máximo responsable de los
socialistas en Murcia con declaraciones a la prensa. Unas declaraciones
que sólo podían crear un mal ambiente previo al encuentro, como así fue.
Ambiente que él se encargó de caldear al abandonar la mesa de
negociación, cuando lo normal hubiese sido aguantar si es que tenía
argumentos para hacerlo; quizá es que carecía de ellos.
Sinceramente,
que la mencionada reunión terminase como el rosario de la aurora no me
extraña lo más mínimo, porque ni López se sentaba a la mesa de
negociación con espíritu constructivo ni el secretario general de una
formación política puede admitir que alguien le eche un pulso a través
de la prensa sobre decisiones que atañen al mismo. Y ocurrió lo que
todos ustedes saben, que el señor López se ha quedado sin ser cabeza de
cartel y que el PSOE ha hecho lo que debía: no permitir que los
desencuentros se diriman en los medios de comunicación.
El PSRM-PSOE ha decidido cambiar el cabeza de lista al ayuntamiento de Murcia para las próximas elecciones municipales. Pues bien, no pasa nada. Y no pasa nada porque, primero, nadie es imprescindible, y segundo, porque si al final encabezara la lista la diputada Begoña García-Retegui, ésta cuanta con un mayor índice de conocimiento entre la ciudadanía que el propio Pedro López y porque, a lo largo de los años como portavoz de su partido en la Asamblea Regional, ha venido demostrando su capacidad de trabajo y su aptitud política y dialéctica. Y qué quieren que les diga, en muchas ocasiones los cambios son para bien, y en este momento lo parece. La vanidad siempre traiciona nuestra prudencia y, a veces, nuestro interés.
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