MADRID.- La agencia de calificación crediticia Moody's ha decidido rebajar en
un escalón la nota como emisor a largo plazo de Repsol, hasta situarla
en Baa2, al tiempo que ha situado en negativa la perspectiva de la
compañía, según ha informado en un comunicado. La
calificadora de riesgos ha explicado que el cambio en la nota se
corresponde con la expansión del brote de coronavirus, el deterioro en
las perspectivas de crecimiento global y con la caída de los precios del
petróleo.
"El sector de petróleo y gas ha sido uno de los más afectados de
forma significativa por el shock, dada su sensibilidad a la confianza y
la demanda de los consumidores, algo que se produce en un momento en el
que muchas empresas de petróleo y gas están comprometidas con cantidades
de gasto considerables para cumplir sus objetivos de transición
energética a largo plazo", ha explicado Moody's.
La rebaja mantiene a Repsol dentro del grado de inversión. No
obstante, Moody's ha agregado que ya antes de que surgiese la pandemia
del Covid-19 las métricas de Repsol estaban "débilmente posicionadas" en
la categoría Baa1. Baa2 es el penúltimo escalón del grado de inversión,
es decir, con otras dos rebajas la deuda de Repsol sería de alto
rendimiento, también llamada bono basura.
En paralelo, Fitch ha mantenido el rating de la empresa en BBB, pero
ha cambiado la perspectiva de positiva a estable. Esto quiere decir que
hay pocas probabilidades de que mejora el rating de Repsol. La
calificación de BBB de Fitch equivale a la Baa2 de Moody's.
"La revisión de la perspectiva refleja la creciente presión sobre los
flujos de caja de Repsol como consecuencia de la caída de los precios
de los hidrocarburos y la escasa demanda de combustibles debido al brote
de coronavirus", explica Fitch.
"Si bien esperamos que Repsol mantenga
un sólido perfil empresarial y financiero prevemos que el endeudamiento
en relación al flujo de caja operativo supere las 2,2 veces, que era la
directriz de la perspectiva positiva"
Moody's por su parte, considera que la petrolera española necesitará
más de dos años para registrar unas cuentas que cuadren con el rating de
Baa1, motivo por el cual ha aprobado la rebaja.
"Además, existe una
incertidumbre significativa con respecto al grado de deterioro del
entorno económico tanto en su negocio de upstream como de downstream,
así como con la velocidad de la recuperación, lo que queda reflejado en
la perspectiva negativa", ha apostillado la casa de rating.
Moody's considera que el negocio de exploración y producción
"sufrirá" por los bajos precios del petróleo, que han caído hasta el
entorno de los 25 o 30 dólares por barril en las últimas semanas. Para
la agencia, el precio del crudo no volverá al consenso de entre 50 y 70
dólares por barril hasta 2022.
Sin embargo, "reconoce que Repsol está tomando medidas inmediatas
para proteger su flujo de caja y balance, algo que la compañía espera
que compensará en gran medida la caída en el flujo de caja operativo".
S&P mantuvo la nota
La decisión de Moody's contrasta con la de S&P Global de la
semana pasada, que decidió mantener su calificación en BBB, aunque
rebajó su perspectiva a estable, desde positiva.
S&P justificó el mantenimiento de la calificación de Repsol en la
percepción "de la voluntad y capacidad" de la compañía para llevar a
cabo acciones para mitigar el efecto negativo en este entorno de precios
más bajos, incluidos los recortes en los gastos de capital y la venta
de activos.
La firma consideró que, en conjunto, esto debería permitir a Repsol
situar el ratio de fondos operativos (FFO, por sus siglas en inglés)
sobre la deuda en el 40%, desde el 30% al que puede caer en este año
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