La Región de Murcia necesita urgentemente un cambio de
dirección política. De seguir así, con estos mimbres, iremos
inexorablemente al abismo económico, social y laboral.
Analicen
objetivamente la situación que vive este rincón del Sureste español, y
verán como los datos, como el algodón, no engaña.
Por un lado, tenemos un Gobierno de perdedores
‘inmaduro’, que viene heredado de un expresidente que sigue deambulando
entre Miami y los juzgados, con un Consejo de Gobierno que se insulta
entre sus miembros, se envían cartas y se piden dimisiones.
Tenemos un
consejero de Agricultura con la Dirección General del Mar Menor como el
que tenía antes una bailaora o un toro encima de la televisión, de
adorno, y que se pliega hasta límites vergonzosos ante el SCRATS.
Un Gobierno formado por un Partido Popular que miente más que habla,
¿el Decreto Ley del Mar Menor es fruto del consenso social, económico,
político y científico?, un poco de respeto por favor. Y a Ciudadanos quien, definitivamente, ha saltado por la borda de su prestigio, sigue autolesionándose cada día y
tratando a la sociedad como si fueran alumnos de escuelas infantiles.
La última ha sido volver a dejar en ridículo al Gobierno regional y al
consejero Luengo. Esta crisis de gobierno no es la primera ni será la
última.
¿Qué dirían el Partido
Popular y Ciudadanos si el Gobierno de España acordara un Decreto Ley y a
los cuatro días saliera Pablo Iglesias con Unidas Podemos diciendo que
no están de acuerdo con lo que ellos mismos han aprobado? Sin comentarios.
Por otro lado, tenemos los devastadores datos económicos que nos ponen frente a la cruda realidad,
con una deuda y un déficit que hace tiempo hubiera provocado en
cualquier empresa una declaración de bancarrota.
Incluso hasta el punto
de tener problemas de liquidez para pagar las nóminas de sus
trabajadores. Seguimos echando la culpa a la financiación, pero ese
paraguas hace tiempo que se lo llevó el viento aunque algunos siguen
usándolo como ejemplo de su ineptitud.
Pero
los peores datos los ofrece tanto el informe de Cáritas, con cerca de
un 20% de personas en la Región en situación de exclusión social, como
los de abandono y fracaso escolar, donde somos líderes destacados mientras continúa el desembarco de la educación privada a costa de los presupuestos públicos.
Por si nos faltaba algún dato más negativo, el cambio climático sigue siendo visto por nuestros dirigentes como algo ajeno a nuestras responsabilidades.
Los miles de peces muertos y puestos encima de la mesa de momento solo
ha servido para que la sociedad se movilice, al mismo tiempo que Vox,
el grupo ultraconservador que niega el cambio climático, ganara las
elecciones en la Región.
De esta forma nos hemos convertido en los
cimientos de un partido que, entre mentiras y xenofobia, quiere
privatizar las pensiones, acabar con la descentralización autonómica, y
convertirse en la particular ‘guardia suiza’ de su Majestad el Rey
Felipe VI. Curiosamente, en aquellas comunidades donde el
fracaso escolar es menor, como País Vasco, Navarra y Cataluña, la
implantación de los chicos de Abascal también es menor.
Vivimos en una Región donde los problemas estructurales los arreglamos pintando barrios y plantado flores.
La ciudad de Murcia supera de manera permanente y constante sus límites
de contaminación atmosférica y, en vez de luchar contra ella, ponemos
en marcha protocolos que apenas inciden en su solución y nos presentamos
a la candidatura de ‘Ciudad Verde Europea’, con un par. Por cierto, Lisboa ha sido quien ha obtenido dicho galardón.
Nuestra
inexistente política turística se basa en gastar millones de euros en
lavar la imagen del Mar Menor, empeñarnos en meter con calzador el
eslogan Murcia Costa Cálida, de modo que despreciamos todo el potencial
turístico de interior, patrimonial e histórico, comercial, de congresos y
de ciudad.
Seguimos empeñados en convertir la Vía Verde del
Noroeste en un atractivo turístico cada siete años -lleva ya tres
ediciones (2003, 2010 y 2017)- demostrando que no genera empleo, ni
riqueza, ni infraestructuras y, encima, mintiendo con los datos de
visitantes, que no turistas, que llegan hasta su espectacular Basílica
Menor.
El descaro y la
incompetencia es tal que incluso se decidió vender y engañar a los
cartageneros y cartageneras con la imberbe, simple y descafeinada
propuesta de Cartagena Patrimonio de la Humanidad y que por no
saber, no sabían ni el proceso a seguir. Vender humo tiene un problema,
que luego se te queda cara de idiota y terminas llamando a los técnicos a
que te saquen las castañas del fuego.
Si
seguimos así, con los ‘señores del agua’ amenazando con manifestaciones
virulentas, con un Gobierno regional rehén de la ultraderecha y
acomplejado, con Ciudadanos manejando Direcciones Generales sin
trabajadores, sin una política pública en materia educativa, sanitaria, con
Vox pidiendo que se quiten a los sindicatos las subvenciones, que
representan apenas un 0’000001% del presupuesto autonómico y que se
emplea en atender a trabajadores y trabajadoras, con el personal del
IMIDA, SEF, IMAS o de Escuelas Infantiles, permanentemente en la cuerda
flora de la precariedad y la temporalidad, y sin una política económica seria, rigurosa y sujeta a nuestra realidad, seguiremos siendo una Región de insultos, amenazas y panderetas.
Por
cierto, mientras, la insostenibilidad de nuestro sistema sanitario hace
aguas por todos lados. Los altos cargos de las nueve áreas de salud de
la Región cobran a final de año más que muchos trabajadores en todo el
año. Madrid, con más de cuatro millones de habitantes, tiene una única
área.
Me niego a creer que en mi
Región no haya luz al final del túnel, no haya esperanza, no haya unas
gotas de lucidez que nos hagan cambiar nuestro destino.
P.D. ¿De verdad alguien cree que este gobierno regional durará mucho tiempo?
(*) Funcionario de la Comunidad Autónoma de Murcia y de la Tesorería Territorial.
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