Estamos en jornada “debate”, pero hasta que no acabe el segundo
tiempo esta noche conviene esperar antes de opinar no vaya a ser que la
impresión tras el primer tiempo cambia tras la segunda ronda. Tal y como
están las posiciones estamos reeditando un bipartidismo entre derecha e
izquierda representados por alianzas que sustituyen a los partidos del
turno; donde decíamos PP ahora dicen PP-Ciudadanos-Vox y donde decíamos
PSOE dicen PSOE-Podemos-y otros.
La complejidad del multipartidismo con
alianzas variables se reduce a dos fuerzas confrontadas. Aunque nada
dice que la aritmética final del voto ciudadano imponga otras realidades
posibles que ahora parecen imposibles. En política los contadores se
ponen a cero cuando conviene.
Por eso, aprovechando el entretiempo de los “debates decisivos“, que
pueden decidir muy poco, les llamaré la atención sobre aspectos de muy
distinto cariz, en concreto dos libros recién publicados que no serán
atendidos por los medios habituales por razones obvias, porque no les
van a gustar a los jefes de esos medios. Primero el de Gregorio Morán
editado por FOCA con el título: “Memoria personal de Cataluña”; y
segundo el de David Jiménez, editado por Libros del KO titulado “El
director”.
Algún amigo me dirá: ya estás con Morán, ¿qué te ha dado’. Pues nada,
pero me ha interesado su obra desde hace décadas y fui leal lector de
sus crónicas sabatinas intempestivas mientras duraron en La Vanguardia,
casi 30 años. Algunas de esas crónicas son antológicas y muy
recomendables para quienes se inician en este oficio.
Además Gregorio
Morán acumula una bibliografía imprescindible para conocer y entender el
último medio siglo de la política española. Morán es ácido,
intempestivo, a veces arbitrario pero siempre documentado y atrevido,
valiente que es una especie infrecuente en esta profesión.
Su último
libro, breve (140 páginas) para lo que acostumbra, tiene traza
autobiográfica, aunque no del todo, memorialista, aunque parcial, y
ensayística con modo de panfleto que es un género difícil si se desliza a
lo banal. Morán no es banal, nunca lo ha sido.
Su libro tiene tres capítulos, uno para explicar su largo avatar en La Vanguardia
y la historia y personalidad de esa casa. Molestará a algunos, dirán
que es una venganza, pero es más que eso y Morán tiene derecho a ello
por la cobardía que acompañó su despido. El segundo para explicar cómo y
cuándo se jodió Cataluña, con Jordi Pujol como protagonista principal y
la izquierda catalana como acompañante; y el tercero sobre el reciente
“procés” y la decadencia de Barcelona.
Se puede no estar de acuerdo con Morán, se pueden discrepar de sus
tesis e hipótesis, pero eso requiere muchas explicaciones y
razonamientos alternativos. Morán es un solitario, si me apuran un
maldito para los del establecimiento, un individualista… pero es un
periodista que se fija, que acumula papeles, impresiones, datos y sabe
relacionarlos para llegar a conclusiones con fundamento. E insisto Morán
es valiente y decidido. Les interesará el libro, cuenta cosas, propone
conclusiones y sacude a diestra y siniestra.
El segundo libro, el de David Jiménez, efímero director de El Mundo
entre abril de 2015 y mayo de 2016, también tiene carácter
memorialista, algo de autobiográfico y mucho de ajuste de cuentas con
acritud. Un testimonio demasiado apresurado y visceral que hubiera
merecido un buen editor, pero que apunta algunos de los males que han
arruinado el periodismo de las dos últimas décadas. Dejo para otra
crónica la crítica de este libro que también me parece aconsejable por
lo que describe.
(*) Periodista y politólogo
No hay comentarios:
Publicar un comentario