¿Seguro que la CUP "hace visible la debilidad de Torra"?
¿No la de la propia CUP? Aplicando normas y reglamentos, Torra no tiene
por qué hacer caso a la moción aprobada ayer. Y no lo hará. Y hará
bien. Así que, de debilidad, nada. Al contrario.
Todos
hacen cálculos mirando los números. La moción, ganada por mayoría
relativa al gobierno, no obliga a este. Solo lo obligaría una moción de
censura. Sin duda, los unionistas la presentarían si tuvieran los 68
votos de la mayoría absoluta. Los tendrían si los 4 cupaires votaran a
favor. Para conseguirlo estoy seguro de que los unionistas serían
capaces de ofrecer la presidencia a la CUP. ¿Por qué no vota esta una
posible moción de censura ganadora segura con sus votos?
Eso sí que
probaría la fortaleza de la organización antisistema y la debilidad
verdadera de Torra, sin necesidad de fiarlo a final de año que, según
van las cosas, es fiarlo ad calendas. Así que, dada la disponibilidad y
falta de escrúpulos de los unionistas, la disponibilidad de los números y
la convicción de la CUP de que la legislatura catalana está agotada y
hay que ir a elecciones, ¿por qué no vota a favor de la moción de
censura?
Aunque
parezca mentira, por razones políticas y hasta morales que, sin
embargo, no parecen haber entendido del todo. Recuérdense las primeras
elecciones después de la muerte de Franco, en 1977. El PSOE estaba
dispuesto a participar aunque el PCE no pudiera por seguir prohibido.
Por fin el PCE fue legalizado y pudo participar, si bien a su vez se
olvidó de que otras organizaciones a su izquierda no pudieron hacerlo
por seguir prohibidas.
En
política no rige la regla caballeresca de que ningún caballero justará
con otro con algún hándicap. En las elecciones pasadas del 21 de
diciembre de 2017, los partidos concurrieron sin objetar a la situación
de inferioridad en que se encontraban las fuerzas independentistas, que
tenían candidatos/as en prisión y en el exilio y por tanto mermadas sus
posibilidades.
La
votación del jueves sobre la moción unionista es un ejemplo manifiesto
de la villanía de atacar a un contrincante que está impedido de emplear
todas sus fuerzas por la razón que sea y más si es por causa de
injusticia.
Al
aceptar la votación, incluso con la abstención, la CUP ha legitimado el
secuestro de los 4 votos de JxC por el juez Llarena, que se erige en
árbitro del Parlament. Que este proceder desleal sea propio del
bloque unionista no extrañará a nadie. Que sea también el adoptado por
un sector del independentismo es lo que resulta más inverosímil.
¿O
no? Porque si es que no, ya está tardando la CUP en votar la moción de
censura españolista contra un gobierno que, según dice, no tiene
voluntad independentista, ni republicana, ni hace nada para romper
definitivamente el autonomismo.
Cuanto antes se acabe con esta
patochada, mejor. Pero, como no se atreve a hacerlo, prefiere alargar la
situación, sometiendo a ataque sistemático a un gobierno disminuido por
la injerencia judicial y no dejándolo gobernar tampoco.
Y eso no es legitimar el autonomismo.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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