Como sucede en el mundo del deporte, hay dos tipos de fichajes: los
del verano y los del mercado de invierno. En verano, se planifica la
temporada y si uno puede y tiene caja suficiente es cuando se elabora la
plantilla que ha de dar lustre a la temporada.
Ciudadanos fichó a Manuel Valls como
candidato a la alcaldía de Barcelona en el mercado de verano a golpe de
talonario -ahora que están tan de moda las demandas, dejémoslo claro que
el talón del traspaso era poder confeccionar una plantilla a su
antojo-.
Cierto que era otro momento de la temporada y C's se las
prometía muy felices porque su principal rival disponía de una plantilla
muy vieja, descabezada y con casos de corrupción por las cuatro
esquinas del territorio.
Ahora, a la hora de la verdad, el equipo hace
aguas, están lejos de los puestos de cabeza y pueden quedar en pocas
semanas eliminados de todas las competiciones. Incluso el máximo
responsable de C's puede acabar tirando la toalla y dar el relevo a Inés Arrimadas, la nueva esperanza naranja, por ahora agazapada a la sombra de Albert Rivera.
Valls, al final, ha hecho aquello tan clásico cuando surgen los
nervios: fichar en el mercado de invierno. Pero todo el mundo sabe que
en este mercado lo más probable es fichar saldos, que estén libres o que
no sean titulares en su equipo.
Celestino Corbacho,
viendo que no tenía sitio en su equipo de toda la vida se dio de baja y
se sentó a esperar. Sin prisa, como aquel que sabe que la política es el
oficio de pelillos a la mar y todos los ex siempre pueden ser
reciclables. Siempre hay una segunda o una tercera vida.
Así es como ha
regresado Celestino y como Ciudadanos ha tenido que acudir rápido a
borrar todo lo que había dicho de él cuando fue ministro de Trabajo con José Luís Rodríguez Zapatero. "El ministro del paro", "el ministro incompetente", era lo más suave que le decían los que ahora le han ido a buscar.
Un tuit antológico de Albert Rivera decía lo siguiente: "En cualquier
empresa despedirían a Corbacho con los resultados que acredita, en el
PSC le refuerzan". Era septiembre de 2010 cuando había más de cinco millones de parados en España
y mes a mes las cifras no hacían más que aumentar y aumentar.
Ahora,
Corbacho es el fichaje de Valls y Rivera ha acudido rápidamente al quite
para darle la bienvenida de una manera fervorosa: "Es un honor sumarle a
nuestro gran proyecto de futuro" destacando "que haya rechazado pactar
con separatistas y haya defendido la Constitución en Catalunya".
Incompetente e irresponsable, dice Rivera, pero defensor de la
Constitución. Número tres en la lista del ayuntamiento de Barcelona de
Ciudadanos a sus 69 años.
El mercado de invierno está peor que nunca y
en el catálogo que pasea de mano en mano por los partidos casi solo hay
expolíticos de aquel PSC de antaño, municipalista y hegemónico.
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia
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