MADRID.- Fitch ha decidido elevar un escalón la nota de solvencia que emite sobre Bankia, que ha pasado desde 'BBB-' hasta 'BBB',
y ha cambiado la perspectiva de 'positiva' a 'estable', lo que implica
que no está previsto realizar un nuevo ajuste del rating en el corto
plazo.
La agencia crediticia explica que la mejora de la calificación se produce como consecuencia de la "importante" reducción de activos problemáticos o NPLs (por sus siglas en inglés), lo que se ha traducido en una bajada "notable" de la exposición del capital al 'ladrillo'.
De hecho, considera que el objetivo para 2019 de reducción de activos
problemáticos en 2.900 millones de euros, previsto en el Plan
Estratégico 2018-2020, "es alcanzable, apoyado en buenas perspectivas
para el entorno económico en España y en la trayectoria del banco en la
reducción de la morosidad".
Fitch ha destacado que Bankia cuenta con una franquicia "fortalecida"
tras la integración con BMN, mantiene un capital robusto post-fusión, y
una financiación y liquidez "adecuadas". También ha destacado su
"favorable" gestión de integraciones.
Respecto al capital, Fitch indica que Bankia "mantiene colchones de capital satisfactorios sobre los requerimientos regulatorios mínimos".
Señala que la ratio CET1 FL a cierre de 2018 (12,6%) compara "bien" con
el 9,25% exigido por los requerimientos SREP en términos 'fully
loaded'.
La firma también considera que la rentabilidad del
banco "está mejorando gradualmente", apoyada en una mayor actividad
comercial en los segmentos más rentables de negocio, como son los de
consumo y Pymes, y en las comisiones del negocio de activos bajo
gestión.
En cualquier caso, ha explicado que
el banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri aún debe enfrentarse
al reto de equilibrar el mix de negocio y mejorar la rentabilidad, a la
que aún le pesa el "suave" crecimiento del crédito neto, un peso "elevado" de hipotecas poco rentables y un tamaño "considerable" de la cartera de la Sareb.
Fitch ha explicado que un potencial alza de la calificación vendría
de una mejora de las mediciones de la calidad de los activos, lo que
resultaría en una reducción de la vulnerabilidad de su capital a los
activos problemáticos, así como a una clara señal de un aumento de la
rentabilidad bancaria.
"Esto debería ir acompañado del mantenimiento de
ratios de capital sólidos", ha añadido.
Al contrario, si la
calidad de los activos y el capital se deterioran sustancialmente, algo
que Fitch actualmente "no prevé, las calificaciones de Bankia podrían
rebajarse. De manera similar, un aumento significativo en el apetito al
riesgo o un debilitamiento de las ganancias ejercería presión sobre el
rating.
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