El panorama que tiene la reina Isabel II de Inglaterra en su país es, sin ningún tipo de duda, tan o más complicado que el que tiene Felipe VI
en España.
Aun así, la monarca británica le ha pasado la mano por la
cara al Borbón con respecto a ser consciente de la realidad que la rodea
y afrontarla con mucha más valentía, cuando menos, por lo que se
desprende de sus palabras.
Las palabras que el uno y la otra dijeron a la ciudadanía de los
respectivos países que ambos reinan han tenido ligeros matices que
tendrían que hacer pensar a más de uno en la Zarzuela de lo que es un
mensaje integrador y conciliador con todo el mundo, que es lo que se
supone que tendría que hacer un jefe de estado en el mensaje de
Nochebuena.
Mientras Felipe se enroscaba cobijado en su querida Constitución, Isabel se mostraba abierta a la existencia de diferentes realidades.
En el discurso que ha pronunciado la reina de Inglaterra para el día de
Navidad, ha emplazado al país al respeto, en unos momentos en plena
polémica por el Brexit y la división en el Reino Unido
por su complicada salida de la Unión Europea.
Prevista para el 29 de
marzo del próximo año, la Reina no hacía referencias explícitas a la
retirada de la UE después de 45 años, pero sí que afirmó con rotundidad:
"Incluso con las más profundas diferencias, tratar a los otros con
respeto, y como seres humanos, es siempre un buen primer paso hacia una
mejor comprensión". Pam. Isabel 1 - Felipe 0.
La monarquía británica tiene muy claro la tradición de ubicarse por
encima de intereses de partidos políticos, ejerciendo un papel de
institución unificadora, por encima de reproches y diferencias entre el
parlamento de Westminster y el número 10 de Downing Street donde reside
Theresa May. Elizabeth II es consciente de que durante las comidas
navideñas en su país, muchos británicos han sustituido la palabra
"Brexit" por "B-word" en sus conversaciones para evitar discusiones
familiares de sobremesa subidas de tono.
En este contexto, ha dicho que "Un mensaje de paz y de buena voluntad para todo el mundo nunca queda obsoleto".
Quizás no iría mal que la reina de Inglaterra y el rey Felipe hicieran
un skype cada 24 de diciembre por la mañana. Seguro que le daría buenos
consejos de cómo tiene que ser un discurso de Navidad integrador y
respetuoso para todo el mundo y adecuado a lo que se está viviendo.
(*) Periodista
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