En las próximas semanas se va a producir en Andalucía un cambio
histórico de Gobierno en favor de una coalición de PP y C's que presidirá
Juanma Moreno y contará con el apoyo parlamentario de Vox, poniendo fin
a 36 años de gobierno socialista y sus graves casos de corrupción,
nepotismo administrativo y deterioro económico y social de la región más
poblada de España.
Lo que dañará y mucho las expectativas electorales del PSOE en el
ámbito nacional (de los 84 diputados que tiene Sánchez en el Congreso,
20, casi el 25 %, son andaluces). Porque Andalucía ha sido el cuartel de
invierno del PSOE y su principal granero de votos.
Y este batacazo andaluz socialista, solo tienen la culpa la política
catalana de su secretario general Pedro Sánchez y la presidenta en
funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que temerariamente
adelantó los comicios del Sur, convencida que lograría mantenerse el
poder.
Pero su fracaso electoral (y el de Podemos) ha provocado preocupación
entre todos los dirigentes regionales del PSOE que ven en el
acercamiento de Sánchez a los golpistas catalanes y en sus pactos con
Podemos una amenaza real para el conjunto del Partido Socialista en toda
España.
Pero en vez de reconocer sus errores en España y Andalucía algunos de
los dirigentes socialistas y podemitas tratan de ocultar su fracaso y
enorme responsabilidad
paseando a Vox como un espantajo anti constitucional. Y todo ello para
‘implorar’ al PP y C's que no tomen el poder en Andalucía y no abran las
ventanas ni levanten las alfombras bajo las que se ocultan las miserias
de 36 años de un absoluto y autocrático poder del PSOE andaluz.
Un cambio político en cuya causa principal está el pacto de Sánchez
en la moción de censura contra Rajoy con partidos anticonstitucionales
como Podemos, ERC y PDeCAT. Los que además están inmersos en el golpe de
Estado catalán del 27-O, y reniegan de la legalidad y el Estado de
Derecho en España como hace Pablo Iglesias cuando dice que en nuestro
país hay ‘presos y exiliados políticos’, como reniegan de la Transición y
de Europa.
De lo que se deduce que el programa de extrema derecha de Vox es hoy
una presunta amenaza constitucional, mientras que el apoyo de Sánchez al
soberanismo, amparando la violencia de Torra y sus CDR y sus ataques a
la Constitución y la legalidad es una realidad. Y son hechos probados y
en casos perpetrados incluso con violencia y delitos, por parte de
quienes aprobaron la moción de censura y la investidura de Sánchez el 1
de junio.
Como bien lo reconoció en el Grupo Socialista del Congreso la
diputada Soraya Rodríguez y como también lo consideran importantes
dirigentes de la vieja guardia del PSOE (Gonzalez, Guerra, Bono,
Rubalcaba, Vazquez, Rodríguez Ybarra, etcétera).
De manera que mucho cuidado con buscar la paja en el ojo de Vox y no ver, como ha hecho Eduardo Madina en un artículo en El País, la
viga que está cegando al PSOE hasta poner en peligro su unidad y
supervivencia. Porque si ‘se trata es de Democracia’ nadie puede dar
clases cuando se camina por la política española de la mano de Iglesias,
Junqueras, Puigdemont y Torra.
O de Maduro en Venezuela como continúa haciéndolo Zapatero incluso
cuando el propio Pablo Iglesias ahora reconoce que la situación política
y económica de ese país es ‘nefasta’, y por lo tanto se arrepiente de
lo que dijo años atrás.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario