CÁCERES.- El virus de la peste porcina africana (PPA) se traduce en pulmones encharcados y una hemorragia interna que acaba con la vida de casi el 100% de los animales a los que ataca. No hay tratamiento ni vacunas y el sacrifico es la única posibilidad.
Tras llegar a China, en los últimos meses ha tocado la puerta de Europa y
el sector porcino español mira con preocupación al este del viejo
continente. De hecho, en Rumanía hay cientos de miles de animales
amenazados, cuantiosas pérdidas económicas y miles de puestos de trabajo
destruidos. En los dos últimos meses se han registrado más de 780
brotes de PPA en diez provincias situadas el este y sureste del país,
zonas fronterizas con Ucrania y Bulgaria, respectivamente. Prevén que al
menos 210.000 cerdos deberán ser sacrificados en los próximos días,
después de haber matado ya a 90.000, para evitar una mayor propagación
de la enfermedad.
La situación ha hecho saltar las alarmas en Bulgaria, Austria, Hungría,
República Checa y Eslovaquia. En España también están extremando las
precauciones ante un posible contagio. En Extremadura los controles se
han intensificado tanto por parte de la Administración como del sector
porcino, publica este domingo el diario HOY.
«Aunque el riesgo de que la PPA llegue a tierras extremeñas actualmente
es bajo, tanto los servicios veterinarios como el propio sector porcino
mantienen una vigilancia activa», apuntan desde la Consejería de
Agricultura de la Junta de Extremadura.
Reconocen que hay que seguir de cerca la progresión de la enfermedad
en Europa y piden responsabilidad a todos los agentes, que no deben
asumir riesgos innecesarios.
«Cualquier sospecha de
enfermedad infectocontagiosa se investiga, inmovilizando cautelarmente
la explotación, controlando serológicamente a los animales y adoptando
las medidas que la legislación vigente establece para cada caso»,
detallan desde la Consejería de Agricultura.
Manifiestan que están en
contacto continuo con el Ministerio de Agricultura, que desde el año
2006 viene desarrollando el Plan de Vigilancia Sanitaria Serológica del
ganado porcino.
Este organismo, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Europea,
ha incrementado los esfuerzos de vigilancia con el objetivo de
conseguir una detección temprana en el caso de que se produzca la
incursión de virus de la PPA en España.
Graves consecuencias
El
plan se basa en campañas de información y concienciación. Además, aboga
por realizar muestreos serológicos periódicos en explotaciones, vigilar
mataderos y animales procedentes de movimientos intracomunitarios y de
terceros países; así como a fauna silvestre, sobre todo jabalíes.
Además, establecen una vigilancia especial en las condiciones de
limpieza y desinfección de los vehículos de transporte de animales vivos
que procedan de los países de mayor riesgo.
Desde la Junta aseguran
que «son conscientes de las graves consecuencias que tendría para este
país su introducción y particularmente para esta región por el carácter
de extensividad de la mayoría de sus explotaciones y las repercusiones
que existirían con la fauna cinegética». En eso coinciden desde la
Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico (Aeceriber),
organización con gran presencia en Extremadura.
«Estamos informando
continuamente a los ganaderos. El virus ya está en China y en Rumanía y
les estamos advirtiendo de los principales medios de transmisión»,
asegura Elena Diéguez, secretaria técnica de Aeceriber. Alude a que la
llegada a España se puede producir por la entrada de un animal portador
de la enfermedad.
«Con los jabalíes hay más posibilidades y se deben
extremar las precauciones. Andan distancias muy largas y no están
sometidos a un control como sucede en el caso de las explotaciones
porcinas reglamentadas».
El transporte de
cualquier tipo de mercancía que llegue desde alguna de las zonas
afectadas puede ser otro modo de transmisión. «A veces las materias
primas con las que se elaboran piensos pueden tener algún tipo de
implicación, pero muy remota», añade Diéguez, quien también se refiere a
los cazadores. «Es posible que hayan estado en zonas infectadas si han
acudido a cacerías en países con focos declarados».
Por eso pide que se adopten medidas de bioseguridad, como limpiar bien las botas y el resto de la ropa o evitar traer trofeos.
Diéguez subraya que la
llegada de la PPA a España «podría ser la muerte» para el ibérico en
extensivo, aunque considera que el país estaría ahora más preparado que
en la década de los 90 para conseguir erradicarla.
«Es muy importante
mantener en alerta al ganadero y que no piense que al no recibir
noticias el problema se ha solucionado», detalla Elena. «Sigue estando
ahí y mientras exista nosotros estamos en riesgo».
Reconoce que los
ganaderos no han transmitido por el momento mucha preocupación porque no
lo ven como una amenaza inminente, pero la asociación ya se ha puesto
manos a la obra.
Desde Aeceriber han contactado con la Junta de
Extremadura, con la de Andalucía y con el Ministerio de Agricultura para
ver qué medidas se están adoptando. «Nos han asegurado que ya se están
extremando las precauciones. De hecho, cuando surgió el problema se
chequeó y se controló a toda la fauna silvestre que estaba en cercones y
que se utiliza luego para repoblar los cotos de caza mayor», explica.
Aeceriber defiende que
hay que pensar que la posibilidad de contagio es alta para no relajarse y
seguir en guardia en todo momento frente a este problema. «Con la peste
porcina nunca se sabe. Si cruza los Pirineos puede llegar en dos días a
Extremadura», concluye Diéguez.
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