José Luís Ábalos, secretario de Organización del PSOE, es
probablemente el político más importante de este partido en activo y
debería ser su portavoz en el Congreso de los Diputados en sustitución
de la discutida Margarita Robles. Y si en lugar de Pedro Sánchez el
líder nacional (o ‘plurinacional’) del PSOE fuera Josep Borrell,
entonces los socialistas tendrían una opción seria para convertirse en
alternativa de Gobierno en las próximas elecciones.
Pero ocurre que Sánchez está ausente, en cuerpo y alma, del liderazgo
del PSOE y de la jefatura de la Oposición. Hasta el punto que ha
desaparecido del debate catalán donde Miquel Iceta desde el PSC le ha
propuesto a los candidatos soberanistas procesados por el golpe de
Estado, como Jordi Turull, entrar ‘sin condiciones’ en un gobierno
soberanista y algo parecido está haciendo Iceta con ERC y los Comunes,
mientras llora por los golpistas presos y se coloca al límite del Estado
de Derecho y en todo caso fuera de la unidad de España.
Estos juegos promiscuos y malabares del PSC con el soberanismo vienen
de lejos: del estatuto soberanista de Maragall que hubo que ‘cepillar’
como dijo Alfonso Guerra, y del Estatuto inconstitucional de Zapatero
adornado de su declaración sobre la nación española que el ex presidente
calificó de ‘discutida y discutible’. Luego llegó Sánchez con la España
‘plurinacional’ que no quieren la gran mayoría de españoles, ni los
soberanistas, ni buena parte del PSOE.
Y ahora estamos en el tiempo de las ocurrencias soberanistas de Iceta
a las que Ábalos, harto de razón, ha puesto coto diciendo que el PSOE
no puede apoyar a un presidente de la Generalitat del bando
soberanista/golpista ni subirse al carromato de la farsa de Pablo
Iglesias en Cataluña en compañía de Colau y Domenech.
Quien tenía que haber aclarado, hace tiempo, la posición del PSOE en
el territorio catalán es Sánchez pero está huido (de esto y los
Presupuestos) y no se atreve a leerle la cartilla a Iceta ni a romper
con el PSC que es lo que finalmente ocurrirá si los dirigentes del PSOE
no quieren perder a todos sus votantes (y escaños) en Cataluña, unos
huidos a C’s y otros a ERC.
Fue Borrell quien le sacó las castañas del fuego a Iceta en las
elecciones catalanas del 21-D, mientras Sánchez seguía escondido en la
ambigüedad plurinacional e Iceta bailaba al son soberanista. Pero el
tiempo se agota y llega, en Cataluña y toda España, la hora de la
verdad.
Y la verdad es la que dice José Luís Ábalos sin pestañear.
Y si el
PSOE debe romper con el PSC pues cuando antes lo haga mejor. Borrell fue
criticado por decir que antes de curar las heridas en Cataluña hay que
desinfectar y tiene toda la razón, y si hay riesgo de gangrena en la
unidad de España y en la vida democrática habrá que cortar por lo sano
porque en esta crisis, que preocupa e interesa a todos los españoles,
sólo caben la Ley, la Democracia y la unidad nacional.
(*) Periodista y editor de https://www.republica.com/
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