MADRID.- Los primeros soldados y marineros que han salido del Ejército por llegar
a la edad límite establecida en 2006 lo hacen sin titulación ni
certificación de su experiencia. En 2022, cuando empezará a salir el
grueso de ellos, ya habrá 10.000 en esta situación. El Ministerio
asegura que trabaja en la solución pero los militares denuncian que a
muchos les llegará muy tarde, según denuncia Público.
Apenas hay tiempo de reacción. Al Estado se le avecina un grave
problema que, si no se soluciona de forma inmediata, creará una bolsa de
decenas de miles ciudadanos en paro, de muy difícil empleabilidad y que
deberán sobrevivir de por vida con una pensión no contributiva de 600
euros.
Se trata de los militares de tropa y marinería, que según una ley que entró en vigor en 2006, deben abandonar el Ejército al cumplir los 45 años sea cual sea su condición física o preparación técnica.
La ley les prometía, en su artículo 21,
que durante su servicio recibirían "los medios necesarios de
orientación, impulso y apoyo para su plena incorporación al mundo
laboral, al término de su compromiso con las Fuerzas Armadas". El Estado
se comprometía a darles formación y llegar a acuerdos con
"instituciones públicas y entidades privadas" para su reincorporación al
mundo laboral.
Nada de eso se ha hecho y las consecuencias ya se aprecian sobre los primeros militares afectados por la ley de 2006: de
los 479 que han salido del Ejército por cumplir los 45 años, solo uno
ha renunciado a su pensión al haber encontrado empleo en el sector
público, según los datos que el Ministerio de Defensa ha
proporcionado a este medio a través del Portal de Transparencia. Sobre
los que han podido encontrar trabajo en empresas privadas o
autoemplearse no se conocen cifras, ya que no deben renunciar a la
pensión y Defensa no está haciendo un seguimiento de su situación.
Se prevé que en 2018 otros 800 soldados y marineros queden en situación de reservista de especial disponibilidad, la figura que se ha creado para definir a los despedidos a los 45. En 2022 se calcula que ya habrá unos 10.000 en esta situación, pero entonces llegará lo peor: por edad, a partir de esa fecha saldrán del Ejército varios miles de militares cada año. En total hay unos 65.000 miembros de la escala de tropa y marinería.
La ministra de Defensa María Dolores de Cospedal acaba de anunciar, este
mes, que su departamento prepara un "plan integral" para dar respuesta
al problema. Las asociaciones militares, la única figura disponible para
que estos profesionales defiendan sus derechos laborales colectivamente
(tienen prohibido sindicarse) se preguntan por qué se ha esperado a ver
soldados y marineros en la calle con 45 años y sin titulación para
buscar una solución. Hace más de un año que en los medios de
comunicación, entre ellos Público, se avisa de la situación.
"Esto a muchos de compañeros ya les llega tarde", lamenta Juan Carlos
Tamame, presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española
(ATME)."Esta problemática se tiene que combatir desde el principio,
desde que entran en las Fuerzas Armadas, para que cuando salgan del
campamento de formación inicial, ya lo hagan con una titulación de grado
medio en la especialidad que se les vaya a dar", propone.
Actualmente, estos militares ni siquiera reciben una certificación de experiencia
por el trabajo que han realizado en las Fuerzas Armadas. Profesionales
que han pasado años, incluso décadas, trabajando en los talleres del
cuerpo, no cuentan con ningún documento oficial que les acredite como
mecánicos. Tampoco los que han trabajado en las oficinas, como
administrativos. Ni siquiera aquellos que han hecho miles de horas de
guardia en misiones internacionales por todo el mundo reciben
acreditación de vigilantes jurado.
Que los soldados y marineros reciban este tipo de certificación es
una de las peticiones de sus asociaciones. "Defensa no ha tenido la
voluntad de crear un sistema para que los cursos que hacen estos
militares durante el servicio se conviertan en titulación reconocida.
Sin ella es muy difícil que se puedan reinsertar", explica Jorge Bravo,
presidente de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME). "A corto plazo no se va a poder solucionar mucho. La
gente que se está colocando es porque se ha titulado por su cuenta o
porque ya entraron al Ejército con esos títulos", revela.
El
Ministerio reconoce el problema, pero destaca que estos profesionales
ya sabían lo que les esperaba cuando firmaron sus contratos. "Se les da
muchas oportunidades para que hagan los cursos de oficiales", asegura un
portavoz. No obstante, dichas plazas son muy limitadas. En 2017 solo se han abierto 191 puestos de oficial para los 65.000 soldados y marineros con
contrato temporal. El departamento de Cospedal también refiere la
subcomisión creada en el Congreso para estudiar la problemática (creada a
petición de la diputada del PSOE Zaida Cantera) y asegura que ya se
trabaja en el borrador del plan integral anunciando por Cospedal, que se
quiere aprobar en el primer semestre de 2018.
En la subcomisión del Congreso que estudia la situación de la tropa y
marinería se ha expuesto que el Ministerio de Defensa se ha
despreocupado por la formación de la tropa, que ha quedado en manos de
los ejércitos, cada uno de los cuales (Tierra, Aire y Armada) imparte
cursos diferentes pensando únicamente en la necesidad del servicio y no
en el futuro de los profesionales. Mientras, en el caso de las escalas
de oficiales y suboficiales, el Ministerio y la cúpula militar central
se han preocupado de que la formación militar que reciben sea
homologable a la civil.
Así, los oficiales reciben una formación de cinco años en la academia militar por la que reciben el título de grado universitario, gracias a los convenios que Defensa ha firmado con varias universidades. En el caso de los suboficiales, sus tres años de enseñanza militar les valen un título de formación profesional de grado superior.
En el caso de la tropa y marinería, la nada. Reciben dos meses de
enseñanza militar general, tras los cuales se especializan en la tarea
que desempeñarán en las Fuerzas Armadas con cursos de tres a cinco
meses.
Los
altos mandos de personal de las Fuerzas Armadas han asegurado en la
subcomisión que la formación que recibe la tropa y marinería ya se ha
homologado a los planes de estudio de la formación profesional de grado
medio. Sin embargo, al no haber un acuerdo con Educación, los soldados y
marineros deben presentarse a exámenes oficiales por su cuenta si
quieren obtener el título.
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