MADRID.- El pasado 30 de noviembre, los miembros de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP), Rusia y otros países productores, llegaron a un acuerdo para prolongar los recortes
en la producción de petróleo hasta finales de 2018. El júbilo entre los
países firmantes era evidente, pero quizá el mayor beneficiado del
acuerdo no estaba ese día en Viena, ciudad que acogió el cónclave.
La
industria petrolera de EEUU aumentará su producción y se llevará
prácticamente el mismo dinero por barril vendido (o no importado) que
los firmantes de los recortes sin mover un dedo para impulsar el precio
del crudo, revela http://www.eleconomista.es.
La producción media en EEUU superará los 10 millones de barriles
en 2018, gracias en parte a las subidas del precio del crudo, que no
son ni más ni menos que consecuencias de los recortes de la OPEP, de algunos factores temporales y de un aumento de la demanda mundial que está siendo más robusto de lo esperado. Estas acciones restrictivas de la oferta por parte del cártel están permitiendo a EEUU ganar cuota de mercado poco a poco.
EEUU gana cuota de mercado
Como
destacan los economistas Grant Strickler y Martin Stuermer,
investigadores de la Reserva Federal de Dallas, destacan en el último
análisis del mercado de petróleo que "los recortes de en la producción
tienen un coste para la OPEP. El cártel ha perdido aproximadamente un
punto porcentual de cuota de mercado desde diciembre de 2016".
"Durante el mismo periodo de tiempo, el petróleo estadounidense ha
ganado un punto porcentual de cuota de mercado. Se espera que esta
tendencia en la cuota de mercado continúe durante 2018, según los datos
proporcionados por la Agencia Internacional de la Energía", destacan los
expertos de la Reserva Federal de Dallas.
Con los precios del barril de Brent rondando los 63 dólares y el de
West Texas en los 57 dólares, los productores de shale oil en EEUU están a punto de conseguir flujos de caja positivos.
La estandarización de la producción y la entrada de grandes empresas en
el sector, se están aprovechando las economías de escala a la par que
entran en el mundo del shale la tecnología más avanzada.
La subida del petróleo es un incentivo
Unos
precios del petróleo más altos pueden ser un incentivo para que las
firmas de shale pongan en funcionamiento más plataformas buscando
petróleo. La Agencia de la Energía de EEUU (EIA por sus siglas en
inglés) destaca que "las subidas de precios del petróleo a finales de
2017 contribuirá a que la producción de EEUU supere los 10 millones de
barriles para mediados de 2018".
Además, Canadá, Brasil, Noruega, Reino Unido y Kazajistán van a
bombear unos 0,7 millones de barriles más de forma agregada. Así, bajo
este marco, la EIA cree que los inventarios volverán a aumentar a
finales de 2018.
Por otro lado, los investigadores de la Reserva Federal de Dallas
creen que la OPEP debería tener en cuenta los inventarios a nivel
mundial, no sólo las reservas de los países desarrollados. "Mientras que
los inventarios de la OCDE han caído en 100 millones de barriles desde
el tercer trimestre de 2016, pero los inventarios chinos se han
incrementado en 200 millones de barriles", destacan los economistas de
la Fed.
Por el contrario, los analistas de UBS creen que "en 2017 ha emergido
una figura clara que muestra cómo debemos pensar sobre este mercado: la
OPEP probablemente logrará su objetivo de normalizar los inventarios en
la OCDE en 2018".
Pero marco subyacente en este mercado "será la influencia del shale
en la actividad petrolera, el ritmo de la inversión convencional, la
demanda (que sigue pareciendo buena) y la amenaza estructural para el
largo plazo que son los vehículos eléctricos", destacan desde el banco
suizo. No obstante, los analistas de UBS creen que el precio del barril
se estabilizará en los 60 dólares durante 2018.
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