A pocas horas de la apertura este jueves, de las urnas en el Reino
Unido, el miedo se ha apoderado de la primera ministra Theresa May (se
le nota, incluso en la cara y en los ojos, ha escrito el prestigioso
periodista y escritor británico John Carlin), y de los principales
dirigentes del partido conservador, ante lo que vaticinan las encuestas:
que es posible una derrota conservadora por el mal manejo de la
información de los atentados del pasado sábado.
Un “sábado negro” en el
que murieron siete personas y hubo casi medio centenar de heridos, la
mayoría de ellos, sin identificar todavía, excepto el español
Ignacio Echeverría, “el héroe del patín” cuyos familiares han tenido un
trato realmente indignante y tercermundista, por parte de las
autoridades británicas.
Pero es que este miedo, además, no es sólo por el manejo torpe de la
crisis, sino también, por los graves fallos de inteligencia, por la
falta de coordinación entre los servicios, por el debate que ha abierto
el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, sobre los recortes
en la policía que ha producido que hayan salido de las calles más de
20.000 agentes durante la etapa de May como ministra del Interior hasta
el año pasado con Cameron, y por el caos con el que ha venido manejando
el segundo atentando después del de Manchester, el 22 de Mayo.
En Manchester la Primera Ministra no quiso cerrar filas entre todos
los partidos, con la presencia, entre otros de Corbyn en los actos
fúnebres que siguieron al atentado del concierto que se celebraba en el
Manchester Arena. Fallos de manual que recuerdan mucho la actuación
del gobierno del Partido Popular y especialmente del expresidente José
María Aznar en los atentados del 11-M, que le hicieron perder las
elecciones de 2004 y provocaron el inesperado triunfo del socialista
Rodríguez Zapatero.
Esa comparación entre el 11M y el 3J, ha comenzado a surgir en
numerosos medios de comunicación que no entienden la actuación de May,
después de haber convocado de forma precipitada elecciones anticipadas,
en un momento difícil para el Reino Unido, especialmente por las
conversaciones con Bruselas por el Brexit, simplemente porque las
encuestas le daban una ventaja de casi veinte puntos con Jeremy Corbyn
que poco a poco se ha ido recuperando, hasta llegar en vísperas de la
apertura de las urnas, a un empate técnico entre los dos o a una
pérdida, según los más optimistas de 25 escaños en la Cámara de los
Comunes, de acuerdo con el sondeo de YouGov del pasado lunes. Por otra
parte, May ha realizado una campaña electoral mediocre y Corbyn ha
mejorado notablemente, a pesar de su complicada personalidad.
En los análisis que han empezado a publicarse de esa comparación del
11M y el 3J, habría que destacar que antes del atentado de los trenes en
Madrid, el PSOE iba cinco puntos por detrás en las encuestas, pero
acabó ganando, precisamente, por cinco puntos. Las elecciones de este
jueves tendrán lugar según lo previsto, y como en España no se han
suspendido, porque los británicos no han querido dejar que se cambiase
el orden democrático, por gente que ven en una masacre el cumplimiento
de una ideología ensangrentada y pseudo-religiosoa.
De todos modos, la reacción de May ante el nuevo atentado del sábado
ha estado condicionada por la campaña electoral. Normalmente, un
partido gubernamental se beneficia de un atentado en vísperas de unas
elecciones porque los electores se sienten inseguros y prefieren optar
por lo conocido. Esta vez no es el caso. La credibilidad de May ha
sufrido mucho en los últimos meses, entre otras cosas porque recortó
el presupuesto de la Policía en un 18 por ciento cuando era ministra del
Interior y porque en esta ocasión tanto la policía como los servicios
de inteligencia se han visto desbordados y han cometido fallos
imperdonables.
Con lo que es posible que el ataque terrorista del sábado
pueda hacer que el Partido Conservador pierda la mayoría en el
parlamento ya que las nubes negras se acumulan sobre el gabinete de
Theresa May, a pocas horas de las elecciones de este jueves.
(*) Periodista y economista
No hay comentarios:
Publicar un comentario