MADRID.- El llamado
contrato del siglo de Renfe, cuyo objetivo es la compra de 30 trenes de
alta velocidad y su mantenimiento por 40 años, por un monto de hasta
2.600 millones de euros, se ha revelado como un fiasco
técnico-administrativo por parte de su incontinente promotor, el
Ministerio de Fomento, y en un brindis al sol político, una frivolidad
que desde un principio se puso en marcha sabiendo que la licitación era
un tren hacia ninguna parte, publica hoy el digital https://www.capitalmadrid.com.
Parecía difícil que el gobierno en
funciones fuera a atreverse a adjudicar ese chorro de dinero público en
este periodo de interinidad política, pero la propia incompetencia de
los redactores del pliego de competencia ha sido la que ha dinamitado el
proceso.
La
decisión del Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales (TARC)
que desestima la petición de anulación del concurso de compra de
trenes AVE de Renfe por parte de Bombardier, pero atiende uno de los
argumentos empleados por el fabricante canadiense, ha volado por
los aires los plazos de adjudicación del macrocontrato y
posiblemente el propio concurso.
La decisión del tribunal anulando la cláusula que prima el porcentaje de fabricación nacional, en contra del más elemental derecho comunitario, obligará al grupo público a cambiar el pliego y establecer un nuevo plazo de presentación de ofertas. El operador ferroviario todavía no ha fijado un calendario oficial para repetir el concurso, pero los plazos se van a alargar en el tiempo.
Pero esta resolución del TARC es recurrible. La pueden recurrir las empresas que han participado (CAF, Talgo, Siemens y Alstom) en el concurso con sus ofertas y también lo puede hacer Bombardier exigiendo que se atiendan otros de sus argumentos. Lo pueden hacer por la vía judicial.
Por su parte, Rente tiene que abordar un nuevo procedimiento. Primero, tiene que modificar los pliegos del concurso y aprobar esta modificación en consejo de administración. Después tiene que dar un plazo para presentar de nuevo las ofertas.
El operador ferroviario podría eliminar directamente la españolidad de los pliegos del concurso, tal y como le exige el tribunal que depende de Hacienda, y dejar la puntuación sobre 99 en vez de sobre 100 para no tener que tocar nada más de los pliegos. La otra opción es diluir el punto entre las demás condiciones.
Así que no sólo no habrá adjudicación del contrato del siglo en las próximas semanas. Tendrá que ser el nuevo Gobierno el que tenga la última palabra y según quién gane los comicios, el concurso puede ser incluso retrasado o abandonado.
También le fallan al Gobierno las inauguraciones previstas de nuevas líneas AVE marcha como estaba previsto. Las prolongaciones de la red hacia ciudades importantes como Murcia, Granada, Castellón o Burgos están muy avanzadas pero siguen acumulando retrasos y sus aperturas se posponen al verano o incluso el otoño. Todas estas zonas son graneros de votos del PP y por tanto el partido de Rajoy pierde una baza electoral importante de cara a sus aspiraciones.
La decisión del tribunal anulando la cláusula que prima el porcentaje de fabricación nacional, en contra del más elemental derecho comunitario, obligará al grupo público a cambiar el pliego y establecer un nuevo plazo de presentación de ofertas. El operador ferroviario todavía no ha fijado un calendario oficial para repetir el concurso, pero los plazos se van a alargar en el tiempo.
Pero esta resolución del TARC es recurrible. La pueden recurrir las empresas que han participado (CAF, Talgo, Siemens y Alstom) en el concurso con sus ofertas y también lo puede hacer Bombardier exigiendo que se atiendan otros de sus argumentos. Lo pueden hacer por la vía judicial.
Por su parte, Rente tiene que abordar un nuevo procedimiento. Primero, tiene que modificar los pliegos del concurso y aprobar esta modificación en consejo de administración. Después tiene que dar un plazo para presentar de nuevo las ofertas.
El operador ferroviario podría eliminar directamente la españolidad de los pliegos del concurso, tal y como le exige el tribunal que depende de Hacienda, y dejar la puntuación sobre 99 en vez de sobre 100 para no tener que tocar nada más de los pliegos. La otra opción es diluir el punto entre las demás condiciones.
Así que no sólo no habrá adjudicación del contrato del siglo en las próximas semanas. Tendrá que ser el nuevo Gobierno el que tenga la última palabra y según quién gane los comicios, el concurso puede ser incluso retrasado o abandonado.
También le fallan al Gobierno las inauguraciones previstas de nuevas líneas AVE marcha como estaba previsto. Las prolongaciones de la red hacia ciudades importantes como Murcia, Granada, Castellón o Burgos están muy avanzadas pero siguen acumulando retrasos y sus aperturas se posponen al verano o incluso el otoño. Todas estas zonas son graneros de votos del PP y por tanto el partido de Rajoy pierde una baza electoral importante de cara a sus aspiraciones.
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