QUITO.- Un nuevo sismo de magnitud 6,3 ha golpeado la costa de Ecuador cuatro
días después de que el país se viera sacudido por un terremoto de
magnitud 7,8, que ha dejado 525 víctimas mortales. El epicentro del temblor, que se ha producido a las 08.33 GMT a una
profundidad de 15,7 kilómetros, se ha ubicado a 25 kilómetros de Muisne y
a 73 kilómetros de Propicia, ha indicado el Instituto de Estudios
Geológicos de Estados Unidos (USGS).
El USGS ha señalado en su página
web que el temblor se ha sentido de forma débil en Quito y en Guayaquil y
no se ha activado la alerta de tsunami.
Las localidades de Manta, Portoviejo y Pedernales suman el mayor número
de fallecidos, con un total de 431 muertos. En Pedernales se han
contabilizado hasta el martes a las 20.30 159 víctimas mortales, 158 en
Manta y 118 en Portoviejo.
Del total de fallecidos, once son de nacionalidades extranjeras (tres
ciudadanos cubanos, tres colombianos, dos canadienses, un dominicano,
un inglés y un irlandés). La Fiscalía ha publicado en su página de
Internet una lista con los datos de las víctimas mortales del terremoto
ya identificadas.
Horas antes del último balance de la Fiscalía, el ministro de Defensa
ecuatoriano, Ricardo Patiño, compareció el martes antes para hacer
balance de la situación. El ministro indicó que 4.027 personas han sido
atendidas con heridas de diversa consideración.
"Es la peor tragedia que hemos asumido en 60 años", admitió Patiño,
antes de agradecer las muestras de solidaridad de la comunidad
internacional. En este sentido, explicó que en las tareas de búsqueda
participan 400 efectivos procedentes de un total de ocho países.
Carreteras colapsadas
Las autoridades se afanan también en reabrir las carreteras que han
quedado colapsadas por el seísmo y en restablecer las comunicaciones
telefónicas o la electricidad. El suministro eléctrico está ya
restablecido en la "mayoría" de las zonas afectadas.
El ministro instó a las tiendas de alimentación y a los bancos a
recuperar progresivamente su actividad, con el objetivo de avanzar hacia
una normalidad que, en vista de los datos, aún parece lejana.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha estimado en unos 3.000
millones de dólares las pérdidas ocasionadas, si bien Patiño considera
que esa cantidad es el dinero que hará falta sólo para reconstruir la
región de Manabí.
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