Pedro Sánchez se ha vuelto loco por el poder y en el último minuto se
ha sacado de la manga un conejo colorado de acuerdo con Compromís para
formar un gobierno de izquierdas y arruinar el pacto electoral de IU con
Podemos que tiene de los nervios al PSOE.
Demasiado tarde y sin visos
de éxito porque Albert Rivera -a quien Sánchez ha puesto los cuernos- ya
ha dicho no, y lo mismo le dijo IU. Mientras En Comú mantiene su
petición de referéndum catalán. Y claro, Pablo Iglesias también lo
rechazará exigiendo que se cumplan sus propuestas de gobierno que
incluyen a Podemos en el gabinete.
Además Pablo Iglesias está sentado en el comedor electoral para dar
buena cuenta de ese conejo colorado que se piensa comer en pepitoria en
las elecciones del 26-J. Motivo por el que Sánchez ha montado este
festejo como si fuera su última tabla de salvación. Una propuesta a la
que le falta la abstención de los partidos independentistas DiL y ERC y
en ese caso las bendiciones del Comité Federal del PSOE lo que resulta
imposible de imaginar.
O sea que Sánchez se estrella por tercera vez con
el solo objetivo de decir que él ha intentado un pacto de Gobierno
hasta el último minuto. Y eso ¿a quién le importa a estas alturas de la
precampaña electoral? Lo que ha pretendido es ser el presidente del
Gobierno al precio que sea y le ha salido mal.
(*) Periodista
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