LOGROÑO.- Cosme García Sáez ha pasado a la historia como uno de los inventores del
submarino. Muchos estudiaron el proyecto de sumergirse bajo las aguas
de forma permanente y segura, desde Alejandro Magno antes de Cristo para
intentar emplear el artilugio como arma bélica hasta Carlos V, con las
pruebas que realizó en el Tajo. Incluso Julio Verne ideó su 'Nautilus'
de la novela '20.000 leguas de viaje submarino' (1869), según publica hoy el diario La Rioja.
En la carrera por patentar el submarino, además de Cosme García,
compitieron los coetáneos Narciso Monturiol e Isaac Peral, pero el
logroñés consiguió probar con éxito su invento el 14 de agosto de 1860
en el puerto de Alicante.
Él mismo se sumergió en el artilugio a primera
hora de la mañana, durante dos horas, acompañado de uno de sus hijos.
No obstante, quizá el que fue su invento más relevante fue el que menos
réditos económicos le produjo.
Y es que nadie le compró la patente para
fabricar el submarino. Aseguran sus descendientes que se interesaron por
el proyecto Napoleón III y el cónsul inglés, pero él deseaba que fuera
para el Ejército español. Lo presentó a Isabel II, pero a la reina no le
convenció el invento.
Para llegar hasta ese momento, que pudo suponer un punto de inflexión
en su vida, Cosme García tuvo toda una trayectoria y peripecia vital
detrás.
El submarino, de hecho, fue un segundo prototipo después de una
primera prueba en el puerto de Barcelona realizada en 1859 con un
artilugio bautizado como 'Garcibuzo' y fabricado por la empresa La
Maquinista Terrestre y Marítima, curiosamente, la misma que en 1882
construyó el puente de Hierro de Logroño.
La Casa de las
Ciencias de Logroño acoge hasta febrero de 2019 la exposición 'Cosme
García. Inventor' con motivo del bicentenario de su nacimiento en
Logroño, precisamente, el 27 de septiembre de 1818. La muestra pretende ser un recorrido por la vida y obra de este
personaje histórico. Cosme García formó parte de la Milicia Nacional, de
la que fue corneta, y participó en la I Guerra Carlista. Comenzó a
ganarse la vida como carpintero, relojero, impresor y 'luthier'.
Al triunfar la
revolución conocida popularmente como 'La Vicalvarada', en 1854, le
nombraron regente de la Imprenta Nacional y se trasladó a Madrid.
Después, ya en su propia imprenta, editó publicaciones como la revista
'El látigo' de Pedro Antonio de Alarcón.
Poco después, en 1856, patentó
sus tres primeros inventos. Uno fue la escopeta 'relámpago', que recibe
su nombre porque, por primera vez, se cargaba la munición por detrás y
no por delante, lo que permitía hacerlo más rápido. El fusil tuvo varios
modelos, sucesivamente perfeccionados, hasta que logró patentarlo en
países como Inglaterra, Francia, Alemania y EEUU, además de España.
También ideó una máquina tipográfica sin cinta, que si bien no
triunfó al menos tuvo el honor de ser con la que el catedrático Lázaro
Bardón y Gómez imprimió en 1859 la primera gramática de Griego en
España.
El invento que le produjo más réditos económicos fue una máquina
para toda clase de timbres en tinta, un sellador que le compró Correos,
que de alguna manera revolucionó el servicio y que estuvo vigente hasta
1878.
De hecho, Correos mandó 'de gira' a Cosme García por las ciudades
españolas para dar a conocer el invento y mostrar su funcionamiento. Y
fue al llegar a Barcelona y ver el mar por primera vez cuando comenzó a
pensar en cómo poder descender al fondo sin peligro de permanecer en él.
El 'Garcibuzo'
Primero
ideó un prototipo que probó en Barcelona, pero fue el segundo el que se
convirtió en la primera patente registrada de un submarino, el 8 de
mayo de 1960. Su invento cumbre supuso también un punto de inflexión en
su vida. Aquel submarino de 5,75x1,75x2,25 metros, construido en chapa
de hierro, lograba sumergirse con éxito pero no encontró quien lo
construyera.
Y tal vez esa frustración condujo a Cosme García a la ruina
y el abatimiento hasta su muerte en Madrid en 1874. No fue hasta el
siglo XX cuando comenzó a adquirir notoriedad y ser recordado, sobre
todo gracias al impulso de sus hijos y la publicación de varios
reportajes en prensa sobre sus inventos.
Gracias a ello,
la Armada bautizó uno de sus primeros submarinos (eso sí, no construidos
bajo el modelo del inventor riojano) con el nombre de A-2 Cosme García,
permaneciendo activo desde 1916 a 1931.
Los inventores Monturiol y
Peral también recibieron un honor semejante.
Un segundo submarino, que
sustituyó al anterior, permaneció activo de 1972 a 1982, el S-34 Cosme
García. De ellos, en la exposición de la Casa de las Ciencias de Logroño
se muestra el timón y la campana original.
Actualmente el
tercer submarino Cosme García, el S-83 de la Armada española, se
encuentra en construcción en los astilleros de Cartagena con la
previsión de que pueda ser botado en el 2027.
Mucho antes, y para colmo
de 'García el Riojano', como también se conoció a Cosme, el submarino en
construcción suscitó polémica al ser mayor que el muelle del puerto de
Cartagena y, por tanto, no poder atracar en el mismo, por lo que se
tuvieron que realizar obras de ampliación en el puerto murciano.
También
recibió varios homenajes filatélicos y se ha escrito su biografía, que
próximamente reeditará el IER, pero su memoria y sus inventos, aún hoy,
parecen sumergidos en el olvido.