‘No hemos nacido para apuntalar el bipartidismo y asegurar el sueño
placido de los poderosos’ ha declarado Pablo Iglesias ante el Consejo
Estatal de Podemos entrando, por fin, en la batalla cuerpo a cuerpo con
Errejón al que acusa de haber intentado facilitar el gobierno de
coalición del PSOE con Cs en 2016, y de querer entregar en 2019 un
gobierno de Sánchez gratis total.
Iglesias presume que él y Podemos forman parte de una ‘fuerza
política transformadora que mira a los ojos del poder’ y él se presenta
no sin gran presunción como ‘la pieza de caza mayor a abatir’ por el
poder económico y mediático que en su opinión favorece ‘la izquierda
amable de Errejón’.
Lamentos a la defensiva de un Pablo Iglesias que se declara engañado
por Pedro Sánchez y que sabe muy bien que la irrupción de Errejón en
esta campaña electoral del 10-N tendrá un alto coste para Podemos. Y
para él mismo como líder de la formación morada si los resultados
electorales son tan malos como le anuncian las encuestas.
Lo que no sabíamos, antes ni ahora, es que Podemos nació para
apuntalar el soberanismo catalán y a los golpistas catalanes cuando
aparezca -está al caer- la sentencia del Tribunal Supremo sobre la
rebelión catalana del 27-O.
La que a buen seguro a Iglesias criticará mientras le pide a Sánchez
indultos para los golpistas porque, de lo contrario, a las fugas de
aliados que se han pasado a Errejón en Madrid, Valencia, Murcia y
Aragón, se sumarán muchos de los votantes de En Comun Podem en Cataluña.
Unos camino de ERC y otros a favor de la CUP que, por primera vez, han
decidido participar en los comicios generales del 10-N.
A Iglesias le crecen los enanos por doquier y camina desconcertado
como un funambulista sobre la cuerda floja de su vida política después
de haber cometido serios errores. Y el mayor de todos ellos el de
rechazar la última oferta de gobierno de coalición que le hizo Sánchez
el pasado 24 de julio por considerarla insuficiente.
Un error que le perseguirá toda la vida, como la escabechina de
dirigentes de Podemos, varios de ellos fundadores del partido y con
Errejón incluido, tras la Asamblea de Vistalegre II, con la que decidió
quedarse con todo el poder de Podemos en colaboración con su compañera
Irene Montero que ahora está situada en la primera línea de la sucesión
del líder supremo.
Le ha costado entrar en el cuerpo a cuerpo con Errejón pero al final
Iglesias se ha soltado el pelo y ha comenzado a descalificar a su ex
compañero y ex amigo del alma y de la Universidad. Convencido que hay
mucho en juego en esta batalla electoral.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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