Entre las muchas variantes que se presentan en los pactos de gobierno
hay una, que llamamos ‘la solución salomónica’ en la que de forma
importante y equilibrada Albert Rivera podría repartir sus apoyos entre
Pedro Sánchez y Pablo Casado, sin incurrir en pactos con Vox.
Podría ser la siguiente: C's favorecería la investidura de Sánchez
como el presidente del Gobierno en solitario del PSOE (con la garantía
previa del Gobierno de Navarra para UPN y giro en la política catalana
de Sánchez), y también C's ofrecería al PSOE la presidencia de Castilla
León; por otra parte C's apoyaría al PP en la presidencia y Gobierno de
la Comunidad de Madrid y la de Murcia y en muchas capitales de
provincia; y C's recibiría la alcaldía de Madrid con los votos favorables
de PP y PSOE y sin necesidad de Vox.
Esta sería la solución salomónica y equidistante para C's que, en las
pasadas elecciones del 28-A y del 26-M, no obtuvo un resultado tan malo
como lo pregonan la prensa de la derecha y el poder económico, salga
airoso del enredo de los pactos donde todos están cortejando a Rivera.
Muy malos son los resultados del PP y los de Podemos, e insuficientes
los de Sánchez, que, por ahora, depende de Iglesias, Junqueras,
Puigdemont, Ortuzar y Otegui.
Sin el apoyo de Rivera, el PP de Casado lo perdería casi todo,
empezando por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid y siguiendo por
la de Castilla León, Murcia y una veintena de capitales de provincia. Y
sin apoyo de Rivera a Sánchez no le queda más refugio que Podemos y los
soberanistas vascos y catalanes.
Son Pedro Sánchez y Pablo Casado los que necesitan los diputados y
los concejales de C's para la investidura del Presidente del Gobierno y
para el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, especialmente. Y por lo
tanto a ellos, a Sánchez y Casado, les corresponde hacer propuestas a
Rivera en lugar de lanzarle amenazas y advertencias de toda índole.
Para empezar si Sánchez quiere un pacto con Rivera lo primero que
tiene que anunciar es que el PSOE de Navarra deja gobernar a Navarra
Suma que preside UPN, en contra de las pretensiones de PNV y Bildu. Y si
eso no es así Rivera debe negar cualquier pacto con el PSOE y dejar a
Sánchez en las manos de Pablo Iglesias y del soberanismo vasco y
catalán, cumpliendo su compromiso político y electoral.
El pacto con Casado de Rivera, esencialmente en Madrid y puede
también que en las Comunidades de Castilla León, Murcia y Aragón así
como en una veintena de capitales de provincia, debe incluir
contrapartidas para C's y las fórmulas que impidan la imagen de
complicidad entre C's y Vox. Lo que no puede ser es la plena entrega de
C's al PP sino que debería de incluir alguna y notoria contrapartida para
C's, como la alcaldía de Madrid.
Si a todos estos pactos mencionados se les pudiera añadir el de la
alcaldía de Barcelona entre PSC y C's, pues mejor, pero todo apunta a que
Maragall y Colau se entenderán con el apoyo de Iglesias.
Pero si la ‘solución salomónica’ que presentamos progresa, entonces
los que pasarán a situaciones de debilidad serán Podemos y el
separatismo vasco y catalán, y el PSOE de Sánchez habrá iniciado su
regreso a la senda constitucional.
(*) Periodista
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