MADRID.- Nadia Calviño baraja varias opciones para la privatización de Bankia,
entre ellas, repetir la colocación acelerada de paquetes significativos
de acciones en el mercado. La ministra de Economía, no obstante, sabe
que esa no es la mejor alternativa, dada la situación actual del sector
en el mercado y las incertidumbres que se ciernen sobre la economía, no
solo española, sino mundial, según publica www.hispanidad.com
Efectivamente, Calviño apunta a la fusión BBVA-Bankia para privatizar la entidad y, de paso, contentar al PNV con la ‘euskaldunización’ del banco que preside Carlos Torres.
No es una operación sencilla, ciertamente, pero sí es más asequible
desde que el 1 enero Francisco González abandonara la Presidencia y,
sobre todo, desde que estalló el escándalo Villarejo-BBVA y que sitúa a FG en el centro de la trama… y al borde del abismo.
Pero el ahora presidente de honor sigue disfrutando de avión, coche, chófer, despacho, gimnasio y catering
a costa del accionista del banco, y lo seguirá haciendo mientras Torres
no tome la decisión de echarle definitivamente. Es más, nadie entiende
por qué el presidente del BBVA aún no ha demandado a su antecesor.
El escándalo también preocupa a José Luis Rodríguez Zapatero. Lógico: las grabaciones implican a varios ministros de su Gobierno, entre ellos a la vicepresidenta, Teresa Fernández de la Vega.
“Me parece un tema muy serio, más allá de que hubiera una coyuntura que
afecte de manera singular a un ministro y a altos cargos de mi
gobierno”, señaló el jueves.
Y luego, soltó la carga de profundidad: “Siempre hay gente dispuesta a
hacer cosas a través de una contraprestación económica”, señaló, para
luego remarcar que “personas de altísima responsabilidad las encarguen y
que hasta este momento no haya pasado nada en esa entidad financiera
debe ser un elemento de reflexión pública muy seria”. Torres, toma nota.
Zapatero exige mano dura con FG y el Gobierno Sánchez, por boca de su titular de Economía, pide a la justicia que dilucide las responsabilidades penales del
caso. “Se trata de un tema residenciado en la sede judicial, en la sede
penal, y es ahí donde tienen que dilucidarse las posibles
responsabilidades”, afirmó Calviño el jueves.
Efectivamente, Nadia, el
caso está en los tribunales, pero no deja de sorprender la inhibición de la Fiscalía
en este asunto tan grave. Estamos hablando de grabaciones ilegales a
ministros, a la vicepresidenta y a miembros del Gobierno de España.
Por
mucho menos se han puesto en marcha todos los resortes de la Fiscalía.
Como mínimo, el Ejecutivo podría encargar un informe a la Abogacía del
Estado, pero ni eso. ¿Acaso no lo hace porque el asunto deja en mal
lugar a un gobierno socialista?
Y en el sector sigue llamando poderosamente la atención la actitud de algunos medios de comunicación, televisiones incluidas, empeñados en presentar a FG como víctima, cuando es el verdugo… presuntamente.
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