No existe un
método infalible para evitar el engaño, pero hay técnicas de
investigación para reducir este riesgo, en la medida de cada
inteligencia, porque hay que ser astutos como serpientes e
inocentes como palomas, como dijo Jesús.
A
mi me han engañado muchas veces, y por eso he aprendido de mis
propios errores, porque no hay mejor maestro que un error
descubierto.
Por eso mi religión es mi propia profesión, es
decir, el Periodismo de investigación aplicado al descubrimiento de
enigmas y misterios, para aclarar el entendimiento de mis
semejantes. Pero sólo ahora puedo escribir con libertad, porque
estoy jubilado, y me da igual que piensen que estoy loco.
Precisamente
la Facultad de Periodismo de la Complutense celebró un Seminario
sobre Periodismo de Misterio, al que acudió el periodista Juan
José Benítez, y se le dio carta de naturaleza a esta
interesante rama del periodismo, tan respetable como cualquier otra.
A
mi juicio, estos son los pasos que debe seguir toda investigación:
-
Diversificar las fuentes de información.
-
Estudiar la fiabilidad de cada fuente.
-
Contrastar las diversas informaciones para detectar contradicciones y coincidencias.
-
Procesar toda la información para obtener las conclusiones.
Pero
el trabajo no termina aquí porque hay que actualizarse
constantemente, es decir, buscar nueva información para
contrastarla con las conclusiones que tenemos, a ver si hay que
modificar algo, porque las conclusiones son siempre provisionales.
Toda
investigación debe partir de dos premisas básicas:
-
La primera es que, aunque creamos que sabemos mucho, no sabemos casi nada, porque el universo es tan complejo e infinito que el conocimiento humano sólo abarca una parte muy pequeña de la realidad, y porque el mundo está lleno de incógnitas sin resolver.
-
La segunda premisa es que, aunque nos creamos libres por vivir en democracia, la especie humana lleva miles de años esclavizada por sistemas de control mental y físico, y que vivimos en un planeta prisión. Sólo ahora estamos comenzando a despertar un poco, pero queda mucho camino por recorrer todavía.
Todas
las instituciones que existen están destinadas a controlar la
población y a mermar nuestra soberanía personal.
Ésta es la triste realidad, porque a nadie le interesa tener
personas libres, independientes y autosuficientes.
En
las sectas te dicen que tienes mucho ego para intentar reducir tu
autoestima y volverte más controlable, pero nunca te hablan del
super-ego del ‘maestro’. Te piden castidad, pero no hablan
del harén del ‘guru’. Todos los maltratos, humillaciones y
servilismos están destinados a lo mismo: aborregarnos y
manipularnos. Curiosamente, las marionetas de arriba están
más atrapadas que las de abajo, porque tienen trato directo con
sus amos oscuros.
Precisamente
la filosofía política que más ha defendido la soberanía
personal del ser humano es el anarquismo, pero está muy
desprestigiado a causa de la violencia histórica del mismo y de que
algunas comunidades anarquistas acabaron siendo más dictatoriales
que el sistema, porque el problema está en algunos virus
informáticos del cerebro humano.
Por
lo tanto no existen soluciones mágicas para salir del laberinto
sino el ejercicio permanente del discernimiento, para separar el
trigo de la paja, y no caer en las muchas trampas que existen
en el camino hacia la soberanía personal y espiritual.
(*) Periodista
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