MADRID.- María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría cierran este miércoles la campaña para las primarias del PP para elegir el sustituto de Mariano Rajoy
con una división casi a partes iguales del decisivo apoyo de los
líderes provinciales de una veintena de las principales
circunscripciones de España. Para compensar esa ventaja y superar el
corte de la votación del jueves, Pablo Casado necesitará un apoyo masivo de los afiliados de base, según un análisis de El País sobre cada provincia.
Los 66.706 afiliados que se han inscrito para participar
este jueves en las elecciones del PP reducirán el número de aspirantes a
suceder a Rajoy de seis a dos y seleccionarán a los compromisarios que
elegirán al nuevo líder en el congreso del 20 y el 21 de julio.
Fuentes populares
del máximo rango avanzan que el partido trabajará para evitar que el
voto de los delegados corrija el de las bases si la diferencia entre el
ganador y el segundo es abultada.
Sostienen que los aspirantes
derrotados no tendrán en sus manos negociar su futuro a cambio de
redirigir sus apoyos a una de las dos candidaturas supervivientes.
Y
apuntan a que ese diálogo corresponderá especialmente a los presidentes
provinciales, que son los que tienen más capacidad de influencia en los
compromisarios de sus circunscripciones y también los más interesados en
corregir su apuesta si su favorito no pasa el corte del jueves. Queda
menos de un año para las elecciones locales y regionales de 2019.
El análisis de las preferencias expresadas por estos cargos orgánicos
en público y en privado revela una “ligera” ventaja de Sáenz de
Santamaría, según fuentes populares, que argumentan que ese estrecho
margen puede ser limado fácilmente por sus rivales en función de la
participación.
También Cospedal ha consolidado importantes compromisos
entre estos votantes, que tendrán un papel decisivo en las elecciones:
con solo un 7,6% de los afiliados inscritos para votar, fuentes
populares dan por descontado que muchos de los movilizados son cargos
orgánicos con capacidad para influir en los afiliados de base.
Con José Manuel García Margallo, José Ramón García Hernández y Elio
Cabanes como las opciones de victoria más remotas, y la incógnita de
quién recibirá los decisivos votos de Galicia, estos son los principales
apoyos de los tres favoritos.
María Dolores de Cospedal. La aspirante, de 52 años,
es la secretaria general y la única candidata que es al mismo tiempo
presidenta regional (lo es en Castilla-La Mancha). Cuenta con el apoyo
público de los presidentes provinciales de Albacete, Ciudad Real,
Cuenca, Guadalajara y Toledo, además de Almería y Cáceres.
También
apuestan por su proyecto el presidente regional de Extremadura, José
Antonio Monago; la de Asturias, Mercedes Fernández; y el autonómico de
Madrid, Ángel Garrido, que no controla al aparato pero sí tiene a
importantes aliados en las principales sedes madrileñas —altos cargos de
su Gobierno o diputados de la región tienen puestos de responsabilidad
en distritos que reúnen el 70% de los votos—.
Según fuentes populares,
Cospedal también cuenta con ganar en Zaragoza y Ceuta, y se disputará
Jaén y Córdoba con Sáenz de Santamaría.
Soraya Sáenz de Santamaría. La exvicepresidenta del
Gobierno, de 47 años, tiene de su lado a los presidentes provinciales de
Álava, Alicante, Cádiz, Castellón, Gerona, Huelva, Gipuzkoa, Málaga,
Sevilla o Valencia —esta última provincia tiene una gestora—.
Además, el
apoyo de los exministros Íñigo de la Serna y Alfonso Alonso le
garantiza obtener un buen resultado en Cantabria y el País Vasco.
Más
decisivo aún será que cuente con el aval de Juan Manuel Moreno Bonilla
quien, como líder andaluz del PP, puede inclinar en su favor Granada,
Córdoba y Jaén.
Finalmente, fuentes populares que conocen a la
perfección la estructura territorial del PP le dan como ganadora en
provincias clave de Castilla y León —Burgos, León, Palencia, Salamanca,
Valladolid, Soria o Segovia—, además de en Murcia, en las Islas Canarias
y en Melilla.
Pablo Casado. El vicesecretario nacional, de 37 años,
solo ha conseguido que tres presidentes provinciales le den su apoyo:
los de Barcelona, Tarragona y Lleida. Eso no implica que no tenga
importantes apoyos orgánicos a su favor. El sector aguirrista de Madrid
apostará por Casado, como los nostálgicos del aznarismo, por lo que
podría incluso ganar en esta Comunidad, según las fuentes consultadas, o
en Huesca.
Y se dividirá el voto de las Islas Baleares con Sáenz de
Santamaría, según estos interlocutores. Las opciones de Casado, en
cualquier caso, pasan por lograr un apoyo masivo de los 4.800 inscritos
de Nuevas Generaciones y porque los afiliados de base se decidan
mayoritariamente por él al observarle como una tercera vía de renovación
frente a las dos principales colaboradoras de Rajoy.
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