No se puede entender la cuestión catalana en su fase actual sin tener en cuenta la pugna interna, la lucha por el poder en la Generalitat, el combate por la hegemonía, sostiene Enric Juliana, director adjunto de La Vanguardia, en su video-blog semanal.
Inmediatamente después de su marcha a Bélgica, Carles Puigdemont propuso una lista unitaria de todo el soberanismo para convertir las elecciones del 21 de diciembre,
convocadas por Mariano Rajoy, en virtud del artículo 155 de la
Constitución, en un nuevo plebiscito.Esquerra Republicana, que se siente
fuerte en los sondeos, se negó.
Poco antes de ingresar en la cárcel,
Oriol Junqueras, dio instrucciones muy precisas a los suyos para
resistir el ‘pressing’ convergente, siempre muy eficaz. ERC quiere ser
el nuevo partido central de Catalunya y tiene en la cabeza la
posibilidad de efectuar pactos de izquierda en la fase post-155.
Hipótesis: un pacto de ERC con los Comunes, abierto a la CUP.
Tras la negativa de ERC, Puigdemont ha impulsado una ‘llista del
President’ en contra del criterio inicial de su partido, que no quería
renunciar a las siglas. Es una lista de perfil unitario, sin ERC. Una
hábil jugada. Jordi Sánchez en el segundo puesto, más algunos consellers
del PDECat encarcelados, más un vistoso elenco de independientes...
Una
lista por encima de los partidos en una época en la que los partidos
tienen problemas de prestigio, también en Catalunya. Una lista
competitiva que puede disputarle el primer puesto a ERC. El gen
convergente tiene una gran capacidad de adaptación a los accidentes del
terreno y de la historia.
El gen convergente se asemeja al legendario
gen de la democracia cristiana italiana, que nunca ha abandonado el
poder desde 1946. El gen convergente quiere evitar una alianza de las
izquierdas en Catalunya. El gen convergente es perfectamente capaz de
destruir su propio partido para sobrevivir.
Efectivamente, la lucha interna, la insomne pugna entre el gen
convergente y la ambición de ERC es uno de los factores que explica el
doloroso acontecimiento catalán. Uno de los factores clave. No el único.
(*) Periodista y director adjunto de La Vanguardia
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