Albert Rivera se nos hizo liberal en el último congreso de Ciudadanos
y ya está don José María Aznar echándole los tejos para culminar su
venganza sarracena (‘muerte al infiel’ Rajoy). Y a nada que se descuide
el joven líder catalán los de FAES le colocarán a sus más agresivos
peones ‘liberales’ como Cayetana Álvarez de Toledo que loca está por
regresar a la política para vengarse de Rajoy en el nombre de Aznar, y
sus adorados Rato y Zaplana que en coplas de los tribunales están.
Cuidado Albert con la ambiciosa Cayetana y con la tentación que viene
de FAES porque las carga ese diablo con bigote pálido que es Aznar. Y
corres Albert el riesgo, si miras hacia atrás (Aznar es pasado), de
convertirte en estatua de sal y perder el centro de la política que es
el lugar mágico donde en España se otorga el cetro del poder. Cuídate
Albert de los elogios de los conservadores disfrazados de liberales, que
suenan a caballo de madera en la ciudadela troyana, y en un tiempo
donde los que priman ¡los demócratas! porque las carencias democráticas
son la piedra angular de la vigente crisis institucional española.
Sin embargo a nadie le amarga un dulce y está claro que si Aznar
señala a Rivera con su dedo autoritario muchos votantes del PP se
marcharán a C’s, huyendo de la estulticia y de la corrupción del entorno
de Rajoy que, dicho sea de paso, nació en los tiempos de Aznar.
Lo mslvafo de este cortejo de Aznar a Rivera reside en que en el PP
no hay una alternativa joven y atractiva a a Rajoy quien ya se ha
encargado él de impedir -con la ayuda de la maléfica Soraya- asomar la
cabeza a cualquier dirigente del PP que ose pretenda anunciar su
candidatura a su sucesión, porque el cementerio de políticos de su
entorno del PP caídos a sus pies está ‘ de muertos bien relleno, manando
sangre y cieno’ como nos escribía Espronceda en su ‘desesperación’.
Aunque ahora estamos en la hora de la verdad catalana y esa será la
prueba de fuego para Rajoy, como lo es el origen político de Rivera y la
obsesión de Aznar, ‘por España, todo por España’, como le dijo Don Juan
a su hijo, el ya Rey, Don Juan Carlos I el día de su ‘póstuma’
abdicación.
Es cierto que Rivera lleva viento de popa favorable en las velas de
su nave ciudadana porque: Aznar le agasaja por la derecha; Pedro Sánchez
se va a la izquierda buscando el cuerpo a cuerpo con Pablo Iglesias y
dejando vacío el centro izquierda que tenía el PSOE; el PP baja en las
encuestas por causa de la corrupción; y Podemos lleva camino de perder
bastantes apoyos por su oportunismo radical que los aleja a toda
velocidad de la realidad a bordo del autobús estudiantil y de sus
mociones de censura de papel cartón.
Y todo ello puede convertir a Ciudadanos en el tercer partido
nacional en el detrimento de Podemos que pasaría a cuarto lugar dejando a
Iglesias en la tesitura ‘hamletiana’ de dimitir o no dimitir. Aunque
sabido es que en España ni Dios se va del poder. En este país no dimite
nadie, a lo más te cesan y los que se van como Sánchez o el espectro de
Aznar quieren volver y enredar.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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