MADRID.- Nueve fragatas para la armada australiana por un valor de 21.000 millones de euros. Un contrato histórico bajo amenaza por la sombra de las dudas que hay en torno a la fiabilidad de los LHD, actualmente amarrados en puerto por un problema técnico, según publica hoy El Confidencial Digital (ECD) .
Entre la plantilla de
Navantia involucrada en el contrato se sospecha que alguno de los
competidores, especialmente la británica BAE, está recurriendo a ‘malas
artes’ para desprestigiar a los astilleros españoles.
España se juega los 21.000 millones de euros –que conlleva el suministro más el mantenimiento- con otros dos competidores: la británica BAE y la italiana Ficantieri. Junto a Navantia, son las tres compañías que han llegado hasta la última fase del concurso.
España
tiene, según algunos analistas, cierto favoritismo en esta lista corta
del programa SEA 5000, como lo ha denominado Australia. Principalmente
por la fortaleza de la apuesta: las fragatas F-100 son muy competitivas
respecto a las FREMM de Ficantieri y las Type 26 de BAE Systems.
Sin
embargo, en las últimas semanas se han sembrado en la prensa
australiana ciertas dudas sobre la fiabilidad de los productos
españoles. Concretamente la de los dos buques de asalto anfibio, que
actualmente están paralizados en una base naval de Sydney tras encontrarse hace más de un mes un problema en los propulsores azipod fabricados por Siemenes que llevan equipados.
El fallo se encontró en el HMAS Canberra, pero provocó también la parada del HMAS Adelaide. Tras una revisión exhaustiva se encontraron también otros defectos que están siendo analizados.
Se ha especulado con que el origen del problema sea el uso de un tipo combustible no estipulado en los manuales de los buques, aunque la armada australiana ha negado haber utilizado un modelo no aceptado.
Según
ha podido saber ECD de fuentes internas –y extraoficiales- de Navantia,
en la compañía española se sospecha que puede haber “malas artes” por parte de algún competidor en el contrato de las fragatas. Hablan, en concreto, de BAE, empresa que lleva el contrato de mantenimiento de los dos buques gemelos del ‘Juan Carlos I’.
Tal y como explican, la multinacional habría señalado al fabricante –Navantia- como responsable de los fallos en la propulsión, pese a que tanto ellos como Siemens también participaron del diseño y mantenimiento de los dos buques.
“No es la primera vez que ocurre
algo semejante cuando hay un contrato de esta magnitud por medio”
explican estas voces. Cada vez son más quienes sospechan de la
existencia de un ‘boicot’ inglés a las aspiraciones españolas. Sin
embargo, admiten que ya contaban con “la presión que están ejerciendo
para llevarse el contrato”.
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