Ya sabíamos desde que renunció a la presidencia de honor del PP que
José Maria Aznar volvería a hacer ruido en las vísperas del congreso del
Partido Popular y así ha ocurrido en su conferencia valenciana donde
presentó una enmienda a la totalidad de las políticas económicas y de
pactos que ahora promueve Mariano Rajoy. Pero siendo respetables sus
críticas económicas todo apunta a que Aznar -que ha dicho que no piensa
crear un nuevo partido- y presume de horizontes globales está fuera de
la realidad política española y europea donde el principal objetivo es
la estabilidad.
Y esa estabilidad que buscar Rajoy tiene su base en los pactos que le
obligan a concesiones mutuas con PSOE Y C’s, partidos que avalan la
mayoría parlamentaria del PP, como bien sabe Aznar que a lo mejor está
pensando que Rajoy debe convocar unas nuevas elecciones para reforzar su
actual ventaja parlamentaria, lo que por otra parte no garantiza una
segunda investidura del propio Rajoy, que es a lo mejor lo que desea
Aznar una vez que es conocida su mala relación personal con el
presidente del gobierno.
Dice Aznar que Rajoy se equivoca subiendo impuestos y ampliando el
déficit y la deuda pública con más gastos y renunciando a nuevas
reformas de tipo estructural. Pero el ex presidente debería saber que si
Rajoy no aplica esas políticas le será imposible lograr acuerdos
presupuestarios con el PSOE y en ese caso se vería obligado a un
adelanto electoral en un tiempo en el que la estabilidad política en la
Unión Europea es un valor muy positivo en vista del año electoral que se
anuncia muy incierto en Francia, Alemania, Holanda y probablemente en
Italia y en el que se iniciará la salida del Reino Unido de la UE y la
llegada del huracán Trump a la Casa Blanca.
Y si España se mantiene en la estabilidad frente al río revuelto de
los demás el coste de nuestra deuda bajará (con la caída de la prima de
riesgo) y a la vez subirán las inversiones extranjeras y el turismo, y
nuestro país volverá a ser un modelo de crecimiento y esta vez mas
sostenible que en los tiempos de la burbuja inmobiliaria que creció bajo
los gobiernos de Aznar.
Qué duda cabe que son incompatibles las reformas, si en ellas
regresan los ajustes del gasto social, con los pactos políticos del PP
con el PSOE y con Ciudadanos, de ahí que la senda escogida por Rajoy nos
parezca al día de hoy razonable si estos partidos de la oposición le
garantizan al PP la paz presupuestaria y las cuentas públicas de 2017.
Pero si eso no es así y este gobierno no logra la estabilidad
presupuestaria entonces no tendría sentido el objetivo de estabilidad
política y del incremento del déficit, la deuda y los impuestos y en ese
caso el horizonte electoral sería imparable.
En cuanto a la posibilidad de que Aznar organice un nuevo partido
político el ex presidente del gobierno lo ha descartado ante el foro de
empresarios de Valencia que acogió su disertación, aunque esa opción a
medio plazo no hay que descartarla para siempre, porque está claro que
Aznar ha decidido estar otra vez en el primer plano de la política y en
los medios de comunicación en donde no se descarta que promueva su
propio diario conservador.
Naturalmente Aznar está en su derecho de hacer política y participar en
el mundo de la comunicación -ya tiene presencia con Murdoch- pero hay
algo que conviene subrayar al margen de las opiniones políticas y ese
algo es que Aznar tiene con Rajoy una discrepancia personal que está
llevando al campo de la política y esa animadversión se le adivina a la
legua y le resta al ya ex presidente de honor del PP bastante
credibilidad en sus críticas al Gobierno del Partido Popular.
(*) Periodista
http://www.republica.com/el-manantial/2017/01/09/aznar-quiere-nuevas-elecciones/
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