Caldeados están los ánimos en el patio periodístico nacional por
causa de la reciente ‘cebrianada’ que ha dejado helada a buena parte de
la Redacción de El País, por los malos modales y la colección
de mentiras de su mandamás, el que dice que no manda y no quiere hablar
de Fandi ni de Star Petroleum porque dice que esos asuntos, como la
masturbación, son cosas personales y del confesor (sic).
De manera que muy caro le ha salido a Cebrián el librito de marras
sobre su pasado franquista, la foto de Darth Vader sobre su lado oscuro a
la sombra del poder económico y, peor aún, su paseo por La Sexta TV y
Onda Cero.
Y todo ello para acabar amenazando a Évole y Alsina con investigaciones de El País
sobre la vida y milagros de la familia Lara y de Mauricio Casal, el que
es un bendito y mucho más listo si lo comparamos con Cebrián.
Venganza de Cebrián que tendría que llevar a cabo y por su cuenta y riesgo el director de El País
Antonio Caño el que, después de oír a Cebrián decir que él nunca mete
la mano en la Redacción, parece que es el mismísimo demonio con rabo y
cuernos cuando todos creíamos que era un director a la orden de Janli, o
simplemente un americano en Madrid. ¡Vaya con Caño, qué callado se lo
tenía el muy pillín!
Y ya que estamos a vueltas con los diarios de papel vamos a hacer un alto en ABC
porque asombrados nos tiene Bieito con su empeño en cargarse la
monarquía, que es lo que está haciendo con tanta portada empalagosa y
con mensajes tan confusos como esos con los que pretende revisar la
Historia reciente de este país diciendo, por ejemplo, que la última
restauración de la monarquía fue obra de Don Juan, el Conde de
Barcelona, quien por cierto fue una persona encomiable y ejemplar.
Esta monarquía la restauró Franco y así lo aceptó el entonces
Príncipe de Asturias don Juan Carlos, saltándose a su padre y sin
haberle consultado previamente su decisión, que transmitió por carta a
su progenitor. Lo que, según fuentes bien informadas y de la época en
cuestión, dio pie a una carta de Don Juan a Don Juan Carlos que habría
comenzado así: ‘Hijo mío, la República está basada en la libertad y la
monarquía en el honor, y tú has faltado al honor de tu padre ¡El Rey!’
Luego, años después, Don Juan con gran generosidad cedió sus derechos
dinásticos a su hijo. ‘¡Por España, todo por España!’ y don Juan Carlos
lloró amargamente a la muerte de Don Juan.
No sabemos si en el Palacio de la Zarzuela están contentos con tanto halago y tanta portada de ABC
que ya sabemos que es un diario monárquico. Pero creemos que flaco
servicio le hace Bieito al Rey Felipe VI porque sabido es que los
lectores de ABC son convencidos devotos de la causa monárquica
(Anson decía: ‘las fotos y las entrevistas con los Reyes es mejor para
la monarquía que las publiquen otros’), de ahí que tanto Rey en portada
abruma.
Y da ideas a los adversarios de la monarquía.
Como son los de Podemos
-y que no se fíe la Reina Letizia de su conocido Pablo Iglesias- los
que por ahora disimulan porque su plan tiene otros plazos: primero
derrotar al PSOE y luego levantar la bandera republicana, que seguirán
entonces como unos corderillos lo que quede del PSOE, más IU y los
nacionalistas.
O sea, Bieito no te pases de monárquico porque lo vas a empeorar. Y
si no acuérdate de esa copla que es toda una lección: ‘una cordera, una
cordera, de tanto acariciarla, se volvió fiera’.
(*) Pseudónimo de un veterano y brillante periodista cordobés
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