MURCIA.- Los acusados del secuestro -en mayo de 2009- de un promotor
inmobiliario que declararon en la primera sesión del juicio que se
desarrolla en la Audiencia Provincial de Murcia señalaron que lo único
que pretendían era presionarle para que les pagara las certificaciones
de obras y admitieron que le dieron algunos golpes.
La causa se sigue contra los cinco responsables de varias
empresas constructoras que trabajaron para este promotor, F.M., a los
que se acusa de un delito de detención ilegal y otro de lesiones, y
contra dos directivos de Cajamar, a los que se juzga como presuntos
inductores.
El primero en prestar declaración fue Antonio M.L., quien
señaló que no conocía a F.M. y que lo identificaron, cuando acudieron al
aparcamiento donde este estacionaba su vehículo gracias a la fotografía
que, aseguró, le dieron en la citada entidad de ahorro.
Señaló durante el interrogatorio que acudieron al encuentro
de este promotor inmobiliario porque en la citada caja de ahorros le
había indicado que si no firmaba las certificaciones de obras, la mismas
no podían ser pagadas.
Admitió que lo llevaron hasta una nave ubicada en Ceutí en
contra de la voluntad del denunciante, para que viera la situación de
impagados por la que atravesaba su empresa al no poder cobrar las
certificaciones que le reclamaban.
Manifestó también que cuando lo abordaron en el
aparcamiento, F.M. se introdujo en el coche de uno de ellos por su
propia voluntad y admitió que durante el tiempo en que estuvo retenido
no lo maltrataron, aunque sí le dieron "alguna colleja".
También reconoció que durante el tiempo en que estuvo en la
nave de Ceutí "se encendió un soplete, que se lo acercamos, pero sin
llegar a quemarle".
A continuación declaró Jesús M.L., hermano del anterior, que
manifestó que llegaron a forzar "un poco" al promotor inmobiliario para
que entrara en el coche y que, después, le propinaron algún golpe.
Tanto este acusado como los otros cuatro empresarios del
sector de la construcción señalaron que aunque el contrato para la
realización de obras está firmado con F.M., siempre actuaron con la
promesa de Cajamar de que ellos estaban detrás y de que el cobro de los
trabajos estaba asegurado.
El tercer acusado en prestar declaración, Enrique G.Y.,
quien dijo que consiguieron los datos sobre F.M. en Cajamar al decirle
que querían hablar con este para plantearle la situación por la que
atravesaban sus empresas al no estampar su firma para cobrar las
certificaciones de obras.
Por su parte, Antonio G.Y., que declaró a continuación, dijo
que cuando fueron en busca del denunciante no llevaban ningún plan
determinado para retenerlo ni para hacerle nada, sino que fue luego,
ante su resistencia a firmar las certificaciones, cuando le dieron "dos
pescozones y un guantazo".
Los cuatro coincidieron en señalar que debido al
incumplimiento de pago por parte del promotor inmobiliario, que está
personado como acusación particular en este juicio, sus empresas y ellos
mismos están en la ruina.
La sesión de este lunes concluyó con el inicio del
interrogatorio a Pedro José L.G., otro empresario, que reconoció que
simuló la firma de F.M. en una certificación en un intento de que la
caja de ahorros se la abonara, lo que no consiguieron finalmente.
La vista continuará este martes con la terminación de la
declaración de este acusado y con el interrogatorio del director de una
oficina de Cajamar, José Antonio V.C., y del que era director
territorial de la misma en el momento de los hechos, Antonio P.R.
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