Muy larga se nos va a hacer la semana que ahora comienza camino del
comité federal del PSOE del domingo 23, donde el máximo órgano de la
dirección socialista deberá optar entre la abstención para favorecer la
investidura de Mariano Rajoy el próximo día 29 y el ‘no’ al PP para
forzar terceras elecciones en las que el PSOE tiene muchas
probabilidades de perder y quedar por detrás de Podemos.
A quien se le va a hacer corta la semana es al presidente de la
gestora del PSOE Javier Fernández quién está volcado en recabar, con
ayuda de sus barones afines, apoyos en favor de la abstención entre los
290 miembros del comité federal para lograr una mayoría holgada que
impida visualizar a un PSOE dividido en dos bloques antagónicos.
Asimismo Fernández y sus barones también trabajan la búsqueda de
votos favorables entre los 85 diputados socialistas donde, de momento,
se sabe que una decena de parlamentarios, entre los que se encuentran
los siete del PSC, han anunciado que votarán ‘no’ a la investidura de
Rajoy sin acatar la decisión del comité federal si finalmente opta por
la abstención.
En esa votación veremos que hace Pedro Sánchez quien en su despedida
de la secretaría general prometió lealtad al Partido, aunque falta por
ver si también a sus órganos gestores o si finalmente vota ‘no’
anunciando con ello que volverá a dar la batalla por la secretaría
general cuando se le presente la ocasión.
Si Sánchez rompe la disciplina de voto volverá a perder otra votación
(la enésima dentro y fuera del PSOE) y con ella la oportunidad de
compensar a su partido del enorme daño que les ha causado. De derrota en
derrota, sin dimitir cuando debió y sin reconocer que nunca tuvo la
oportunidad real de alcanzar un pacto de gobierno con Podemos como
demostró Pablo Iglesias al votar en contra de su investidura el pasado 4
de marzo. Pero su trayectoria y tozudez no permiten imaginar que
Sánchez rectifique y reconozca su error.
A pesar de todo ello entre destacados dirigentes del PSOE se da por
hechas la abstención e investidura de Rajoy. Y también que no habrá
unanimidad en el Comité Federal ni en el grupo parlamentario. ‘Es el
precio -dicen algunos- que tenemos que pagar para, poco a poco, rehacer
la unidad del Partido, ir a un congreso de refundación y buscar con
tiempo suficiente -en el plazo de un año- un nuevo y sólido liderazgo’.
La alternativa a la abstención conduce a terceras elecciones donde el
PSOE obtendría un pésimo resultado por detrás de Podemos perdiendo el
liderazgo de la izquierda y de la oposición. Y entrando en una sería
crisis de unidad y de identidad. Lo que se apreciaría en las primarias
para elegir candidato a la Moncloa.
Todo un calvario que los actuales dirigentes del partido quieren
evitar con la menos mala -la abstencionista- de las soluciones posibles.
Lo que también le dará al flanco izquierdo del PSOE la oportunidad de
rehacer su posición con un liderazgo mas fuerte y preparado que el de
Sánchez que esta abrasado y fue el máximo responsable del pasado y
bochornoso comité federal (nunca visto en el Partido) y que tiene en su
haber un largo currículum de perdedor.
(*) Periodista
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