Destacados
dirigentes del sector financiero español descartan que, salvo accidente,
se vayan a producir fusiones entre bancos españoles en el plazo de los
próximos dos años. Pese a la presión, sutil a veces, más explícita en
otras ocasiones, de los principales dirigentes del Banco de España, el
sector considera que no se lograría ninguna ventaja competitiva con
fusiones
entre las grandes entidades.
En
cambio no descartan que alguno de los grandes de la banca europea
pueda interesarse por entidades medianas de nuestro país, pese al
fracaso que han experimentado hasta ahora en su implantación en
España. Añaden que, en fechas recientes, se han interesado por la
posibilidad de hacerse con alguna de estas entidades.
La
operación en cambio que ven más factible sería la fusión de bancos
pequeños como podría ser el caso de BMN y Liberbank. Incluso no
descartan que, si se clarifica la situación política las
próximas semanas, un anuncio en este sentido pudiera hacerse
también en fechas próximas.
Por lo que respecta a los
movimientos internos, tanto el gobernador, Luis María Linde, como
el subgobernador, Fernando Restoy, han coincidido en manifestar
que la baja rentabilidad de las entidades forzará el proceso de
concentración del sector.
El primero en advertirlo a
mediados del pasado año fue el subgobernador en su intervención
en el curso de la Universidad Menéndez Pelayo organizado por la APIE.
Tras admitir que la consolidación ya había sido muy apreciable,
Fernando Restoy hablaba de la posibilidad de ir más allá. En España
todavía tienen presencia unas 60 entidades financieras, pero solo
14 de ellas tienen la dimensión suficiente como para ser
supervisadas por los servicios del Banco Central Europeo.
Era
una forma de señalar que todavía podían mejorar su dimensión pues
carecen de tamaño como para ser analizadas por el supervisor
único.
Según comentaba Restoy, podría existir algún margen para
la ejecución de operaciones corporativas que generen valor a
los accionistas y al tiempo refuercen la eficiencia del conjunto
del sector.
El segundo del Banco de España estimulaba a su
vez a las entidades españolas a buscar operaciones corporativas
fuera de nuestras fronteras, en la zona euro.
Ya a finales de
año expresaba ideas similares el gobernador del Banco de España.
Con ocasión de su intervención en la apertura del encuentro
financiero organizado por la escuela de negocios IESE y Ernst
& Young, manifestaba que la vía de las fusiones no puede darse
por cerrada o agotada y se sumaba a quienes consideran que hay que
reducir el número de sucursales porque todavía es superior a la
media europea.
La semana pasada la Fundación de las Cajas de
Ahorros, Funcas, cifraba los recortes adicionales previsibles en
otras 3.000 sucursales, con un recorte de plantilla de unas 15.000
personas.
Fuentes del sector, en cambio, descartan que se
puedan producir fusiones en los dos próximos años, aunque el mercado
apostó porque el proceso de concentración podía empezar a
producirse este mismo año. Pero señalan que nunca hay que descartar
que alguna entidad pudiera verse obligada a buscar un socio
salvador, en algún caso muy concreto.
Estas mismas fuentes
comparten, sin embargo, con el BdE la necesidad de seguir
reduciendo el tamaño de oficinas y empleados del sector. El
contexto de bajos tipo de interés, con tipos negativos en el
euribor, obliga a las entidades a replantearse sus estrategias y
su tamaño.
(*) Periodista
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