Más de 36 millones de españoles, más de un millón en la Región de
Murcia, están llamados hoy a las urnas para elegir a sus representantes
para el Congreso de los Diputados y el Senado en las elecciones más
abiertas de la democracia. Si las encuestas se acercan a la realidad es
muy posible que incluso tras el recuento de los votos no sepamos esta
noche quién gobernará España hasta 2020. Cuatro fuerzas (PP, PSOE,
Ciudadanos y Podemos) despuntan en todos los sondeos de una cita
electoral donde va a ser clave el nivel de participación en las urnas
para que cristalicen las opciones de unas y otras formaciones.
En juego
está la gobernabilidad del país en un momento clave en lo político y en
lo económico, lo que exigirá de la mayor responsabilidad a todas las
formaciones para alcanzar acuerdos que garanticen la estabilidad
necesaria y los consensos para hacer frente a los grandes desafíos del
país, desde la recuperación del mercado de trabajo al órdago separatista
planteado por el Ejecutivo catalán. También le va mucho a Murcia en
este envite porque son múltiples los retos regionales que dependerán de
la implicación del próximo Gobierno de la nación.
La campaña electoral más mediática y focalizada en la personalidad de
los principales líderes quedó atrás. Todo está dicho. Las propuestas de
calado que debían haberse planteado tuvieron su oportunidad de ser
expresadas. Solo emergió como consenso unánime el convencimiento de que
estos comicios son trascendentales. Ahora la responsabilidad se traslada
a los españoles porque ha llegado el momento de decidir con el voto
nuestro futuro inmediato. No acudir a las urnas es una opción legítima,
pero implica una renuncia al más preciado derecho democrático.
Hoy cada
persona inscrita en el censo cuenta con la potestad de expresar su
parecer a través de las diversas posibilidades que le ofrecen las dos
urnas. Unos tendrán su voto decidido desde siempre, habrá quien elija
candidato por exclusión, otros se inclinarán por el partido que le
inspire más confianza en estos momentos y también habrá quien haga uso
del voto en blanco para expresar su disconformidad con todas las
formaciones. Pero cuanto más alta sea la participación, más legitimadas
saldrán las dos Cámaras representativas y mayor será la responsabilidad
que asumirán nuestros representantes de cara a la ciudadanía.
El recuento de esta noche dejará en el aire durante las próximas
semanas muchas dudas sobre la gobernabilidad del país. La victoria de la
primera formación, cualquiera que sea, será insuficiente y los cuatro
principales partidos han sido opacos o ambiguos en sus políticas de
alianzas. Pero otras muchas incógnitas quedarán despejadas este mismo
domingo. Sabremos hasta qué punto ha resistido el bipartidismo el
pujante ascenso de las nuevas formaciones o si las expectativas de
Ciudadanos y Podemos que suscitaban los sondeos eran un espejismo
demoscópico. Lo habitual es que, salvo catástrofe manifiesta, todos los
partidos hagan una lectura positiva de los resultados, pero es muy
probable que algunos líderes nacionales salgan hoy tocados de esta cita
electoral.
No solo es una prueba de fuego para los dos grandes. A tenor
de los sondeos, IU y UPyD se juegan hoy el ser o no ser en la política
española. Con los resultados en la mano también podremos calibrar los
desplazamientos ideológicos de la sociedad española, los efectos de las
múltiples opciones de izquierda en la distribución del voto, la opinión
del electorado sobre las distintas coaliciones formadas tras las
municipales y las autonómicas, el nivel de desgaste del PP en sus
principales feudos tras cuatro años de gobierno y la respuesta del
electorado a las propuestas separatistas.
Si ha sido intensa la larga
precampaña, todo indica que aún más lo serán las próximas semanas en un
escenario político fragmentado que será inédito en nuestro país tras
cuarenta años de democracia. Probablemente asistimos al nacimiento de un
tiempo nuevo donde el pacto ya no será una opción, sino una exigencia
ineludible para la gobernabilidad del país. Hoy se decide todo, voto a
voto.
(*) Periodista y director de 'La Verdad'
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