MURCIA.- En la Semana de la Movilidad que se celebra ahora, el Grupo Local de
EQUO Murcia reclama que, desde el Ayuntamiento de Murcia, se implanten
medidas efectivas para mejorar la movilidad en el casco urbano y las
pedanías.
Concretamente, el partido verde insta al equipo de gobierno
del consistorio a que se habiliten carriles bici segregados de los
carriles destinados a los vehículos a motor, que se aumente la
frecuencia y el número de autobuses urbanos que conecten el centro con
las pedanías, que se peatonalicen calles céntricas, como la Gran Vía y
la Avenida Alfonso X El Sabio, y que se aumente el número de las
llamadas calles 30, calles con limitación de velocidad a 30 km/h con
prioridad para las bicicletas.
La pretensión del Consistorio de que
bicicletas y autobuses urbanos compartan espacios es, a juicio de EQUO
Murcia, una medida parcial y peligrosa para los ciclistas, al tiempo que
se entorpecería la fluidez del transporte público.
"Uno de los
problemas que hemos detectado es que la gente, a pesar de que Murcia es
una ciudad ideal para transitar en bicicleta, por la ausencia de
pendientes y el buen clima, tiene miedo a circular en bici por la
ciudad, por la alta densidad del tráfico motorizado y el peligro que
ello supone para los ciclistas", ha declarado una portavoz de EQUO en
Murcia. La formación verde estima que la construcción de carriles bici
segregados que recorrieran la ciudad de norte a sur y de este a oeste
animaría a los ciudadanos a sacar las bicicletas a las calles.
Aunque
EQUO Murcia aplaude la iniciativa municipal de instalar los puntos
públicos de alquiler de bicicletas, cree que se deberían aumentar los
puntos de enganche a otras zonas de la ciudad y pedanías para completar
la red. Todas estas medidas deberían ser complementadas con la
habilitación de aparcamientos disuasorios en las afueras de la ciudad,
debidamente conectados con el centro por medio de un transporte público
de calidad, así como garantizar la intermodalidad de la bicicleta en el
transporte público y acentuar la lucha contra el tráfico ilegal de
bicicletas.
Pero la medida más importante debe ser la reducción del
tráfico motorizado, tal y como recomienda la UE. En definitiva, se debe
rediseñar la planificación urbanística para que tenga en cuenta de forma
global la sostenibilidad de la movilidad, y que peatones, ciclistas y
transporte público sean la prioridad a la hora de reconsiderar los
planes de movilidad.
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