MURCIA.-La Coordinadora
de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos-Iniciativa Rural de Murcia
(COAG-IR) y la Federación de Caza de la Región de Murcia (FCRM) han
expresado su "indignación e impotencia" ante los daños económicos,
sanitarios y ambientales producidos por el "aumento desproporcionado" de
las poblaciones de conejo y javalí en plantaciones de la Región de
Murcia.
Según informaron
fuentes de sendas organizaciones en un comunicado, el incremento del
número de estas especies, junto con el de la cabra montés, están
provocando "graves daños" fundamentalmente en cultivos de almendro y
viñedos de zonas del Noroeste y las pedanías altas de Lorca.
COAG-IR
y FCRM han expresado sus quejas ante la Dirección General del Medio
Natural no solo por los efectos negativos sobre sus explotaciones
agrarias, sino también por la alarma sanitaria "derivada del incremento
descontrolado de garrapatas en la fauna salvaje, siendo ésta el
reservorio de la gran mayoría de las enfermedades de carácter
zoonótico".
"El recurso humano
que hoy en día está desarrollando su actividad en el medio rural no
puede ni debe estar expuesto a un peligro de estas características,
donde las garrapatas representan un vector de transmisión zoonótica,
produciendo enfermedades de origen zoonótico como la fiebre recurrente,
la fiebre botonosa y la enfermedad de Lyme", han remarcado.
La
Dirección General del Medio Natural articula el control de especies
cinegéticas y la declaración de Comarcas de Emergencia Cinegética
temporal desde hace dos años. Sin embargo, la declaración del estado de
alarma "ha provocado la ausencia de control de dichas especies con las
consecuencias derivadas", según COAG-IR y FCRM.
"La
Comunidad Autónoma ha entendido y acogido desde el primer momento
nuestras propuestas para el control y capturas de estas especies, por
ejemplo, evitar daños agrícolas, ganaderos y sanitarios, creando un
grupo de trabajo para el seguimiento de esta problemática siempre en
contacto con las autoridades sanitarias".
En
estos casos, "a nuestro entender, la eficiencia y rapidez son lo
primero, y lo más perentorio no es, precisamente, dedicar más recursos,
en pleno estado de alarma, para nuevos estudios de poblaciones".
"Una
vez abordado el grave problema actual se podrán realizar las gestiones
necesarias, y sus valoraciones, para poder corregir en el futuro", han
agregado.
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