Pablo Casado ha perdido una buena oportunidad para haberle ofrecido a
Pedro Sánchez -en la conversación que mantuvieron- un gran ‘Pacto
de Estado’ PSOE-PP para la gobernabilidad y la estabilidad del país, con
un Gobierno de ‘unidad nacional’ de amplia base social y parlamentaria
(220 diputados), nuevos Presupuestos para 2020 y una firme cohesión
nacional y constitucional, que es lo que de verdad necesita España y con
la mayor urgencia.
Pero Casado parece más un tecnócrata que un líder político nacional
ante un caso de emergencia estatal. Y se pierde en consideraciones de
segundo nivel, a la vez que teme que Sánchez lo engañe dando él un paso
en falso que podría, por ejemplo, beneficiar a Vox y dañar
electoralmente al PP.
Cuando lo que está en juego ahora es España. Y no los liderazgos de
los primeros partidos nacionales, inmersos en una carrera de autobombos y
descalificaciones, que son actitudes irresponsables en un tiempo donde
estamos cerca o por encima de los 30.000 muertos y 300.000 enfermos. Y
puede que con 40.000 sanitarios contagiados si hacemos una
interpretación realista de las cifras oficiales no verdaderas que nos
comunica el Gobierno.
Y a lo que pronto habrá sumar la destrucción de 200.000 empresas y
tres millones de empleos (el Banco de España anuncia para 2020 una caída
del PIB del 13 %), amén de la destrucción de una buena parte del
aparato productivo español, empezándo por nuestra primera industria, el
turismo.
Y a no perder de vista la creciente involución democrática (que el
propio Casado denuncia) que está perpetrando el Gobierno de Sánchez y de
Iglesias por decreto y al amparo de los sucesivos ‘estados de alarma’. Y
también con la artera manipulación de instituciones y cuerpos del
Estado, como acaba de ocurrir con la Guardia Civil y al margen de la
legalidad.
Y ¿de verdad cree Pablo Casado, desde su doble condición de líder del
PP y de la Oposición, que todo esto se arregla poniéndose una corbata
negra y decretando el luto nacional? O ¿creando, inocentemente, una
Comisión en el Congreso de los Diputados para un largo, inviable y
agotador diálogo de sordos sobre la reconstrucción económica nacional,
donde Sánchez y sus aliados de la investidura tienen las de ganar?
Ya sabemos lo que Sánchez e Iglesias dan de sí. Pero de Casado cabía
esperar -como lo han sugerido José María Aznar y Felipe González- una
actitud y responsabilidad de Estado y no dejar pasar el tiempo sin dar
el paso al frente que debía de dar. Incluso a sabiendas que Sánchez
rechazará la mano tendida de un ‘Pacto de Estado’ PSOE-PP (sin Podemos
claro está) que el líder de la Oposición debe ofrecer a Sánchez y ante
el conjunto de los españoles porque el tiempo apremia y España necesita
una contundente y unitaria respuesta nacional.
Y ya hay -en el PP y en influyentes ambientes del Estado- quienes
piensan que si en vez de Casado y Egea estuvieran al frente del PP
Feijóo y Almeida en este momento ya se habrían dado en firme pasos hacia
delante para proponer y propiciar una gran respuesta de Estado a la
vigente emergencia nacional.
(*) Periodista
https://www.republica.com/el-manantial/2020/04/20/pablo-casado-el-nino-de-luto/
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