Comunidad de las Clarisas en Elche
ALICANTE/MULA.- Todo el patrimonio de arte sacro del convento de Las Clarisas, de Mula (incluida la Santa Espina), trasladado, sorpresivamente y sin previo aviso, al de Elche por orden de su superiora Sor Clara, corre riesgo de rápida y sigilosa desamortización, según coinciden miembros de los Obispados de Orihuela y Cartagena sabedores de que presuntamente mafias sudamericanas lo conectan desde fuera hace ya algunos años, según han llegado a filtrar algunas de las monjas más veteranas a sus familiares. Muchos vecinos de Mula aseguran que hace unos meses vieron camiones en la puerta del convento, y que sospechan que ahí fue donde las monjas fueron cargando obras de arte u órganos que de ningún modo pueden sacar de ahí, porque no es suyo.
«Lamentamos profundamente que hayan cesado
las negociaciones con el Ayuntamiento de forma unilateral sin cerrar
acuerdos y consensos respecto al edificio y a las piezas que albergaba
en su interior, privando al pueblo de Mula del mismo», apuntan desde el
Ayuntamiento de Mula al diario La Opinión.
«Enterado el Ayuntamiento de este hecho,
las autoridades locales se trasladaron hasta el Convento de Elche, donde
tuvo una intensa reunión con la superiora en la que se les mostró gran
preocupación y se les ofreció los medios del Ayuntamiento para la
devolución de las piezas así como el Convento de San Francisco, edificio
que tiene un lugar de seguridad habilitado a tal efecto, como lugar
donde albergar de forma temporal las piezas y así librar a la comunidad
religiosa de la posible sanción que puedan sufrir, encontrándonos con
una respuesta negativa ante la propuesta del Ayuntamiento, negándose a
la devolución de las piezas artísticas», asevera el Consistorio.
Las únicas dos hermanas que todavía residen en el convento muleño ya han sido «requeridas por la
Dirección General por haber ocasionado dos infracciones graves:
trasladar las piezas del convento sin previo aviso ni información a la
Comunidad Autónoma de Murcia y, además, moverlas a la Comunidad Valenciana, siendo
este hecho motivo de sanción», según lo explica el Ayuntamiento de
Mula, en un comunicado remitido a los medios.
Las religiosas «confesaron haber
trasladado, por cuestiones de seguridad, todo el patrimonio al convento
de Hermanas Clarisas de Elche, ya que es el convento al que van
destinadas», prosigue el Consistorio.
En este sentido el Ayuntamiento insiste en que «en
todo este intenso proceso la comunicación entre la orden religiosa y el
Ayuntamiento ha sido continua, pero, lamentablemente, esta semana pasada
recibimos una llamada de las hermanas comunicándonos el inminente cese
de vida religiosa en el monasterio».
Así
las cosas, «solo nos resta esperar qué decisiones tomarán otras
administraciones al haberse modificado de forma sustancial el BIC del
Real Monasterio de la Encarnación y manifestar públicamente que, a pesar
de que el gran esfuerzo en los últimos meses haya tenido un resultado
negativo para nuestra cultura y patrimonio, desde el Ayuntamiento de
Mula seguiremos dando los pasos oportunos en defensa de este, trabajando
de forma rotunda», aseveran en el Consistorio.
«No quiero ni pensarlo y, aunque estaba
previsto que dejáramos el convento a principios de enero va a ser en
sólo unos días cuando finalmente nos marchemos hasta otro convento de la
congregación en Elche», manifiesta una de las religiosas que aún permanecen en Mula.
Un Cristo de marfil, varias esculturas del niño Jesús (entre ellas una de Roque López) y cuadros de primer orden como los retratos del rey Felipe V y de la reina María Luisa de Saboya, así como lienzos de temática religiosa. Así, hasta 80 piezas. Es lo que se supone que han sacado del Convento de la Encarnación de Mula las monjas Clarisas, que se mudan a Elche, por la falta de vocaciones en el pueblo, informa hoy La Opinión.
«Las monjas no han contestado». Es lo que aseguran desde la Consejería de Educación y Cultura de la Región, cuando se les pregunta por el escándalo del presunto expolio llevado a cabo por las religiosas en el Convento de Mula.
Cuando la Dirección General de Bienes Culturales tuvo conocimiento de la mudanza que las hermanas estarían llevando a cabo, técnicos de la Consejería se desplazaron al lugar, para hacer un inventario de los bienes. Hay que recordar que se trata de Bienes de Interés Cultural (BIC), que no se pueden mover, salvo previa autorización.
Y no es el caso de lo que, al parecer, hicieron estas monjas. Cuando la Consejería les mandó un requerimiento para pedir explicaciones, no contestaron. No obstante, desde este departamento explican que todavía hay plazo para que las hermanas respondan. Si siguen sin hacerlo, habrá otro requerimiento oficial, «que se está preparando».
Se trataría de bienes muebles con cronologías que abarcan desde el siglo XVII a la actualidad, con un valor histórico y artístico de primer orden.
Según fuentes cercanas al caso, las monjas también se han llevado a Elche el relicario original de la Santa Espina, una reliquia cuya autenticidad está autentificada por el Vaticano y en marzo de 2017 estrenó otro estuche, donado por la Diócesis italiana de Brescia.
La Opinión intentó recabar la versión de las Clarisas de Elche, que rechazaron hablar. En Elche, las Hermanas Clarisas llevan once años en unas instalaciones nuevas junto al río Vinalopó después de dejar el centro de la ciudad por haberse quedado pequeño el antiguo convento de La Merced.
Desde su nuevo lugar de oración, las monjas de clausura se han convertido en grandes productoras de obleas, llegando a distribuir 400.000 unidades al mes a parroquias de toda España. También acogen varios días en su hospedería hasta a gente que acude a encontrarse consigo misma y que buscan su momento de espiritualidad.
Recientemente pidieron al Ayuntamiento una licencia de obras para hacer una reforma en el convento, pero al parecer no guarda relación el patrimonio procedente de Mula. Fuentes cercanas a la orden religiosa indican que el permiso solicitado tenía que ver con unas obras para adecuar la hospedería.
Con un horno industrial muy específico, de los pocos que existen en España, trece religiosas se dedican cada día a dar forma a miles de hostias artesanales, convertidas en sagradas por la Iglesia católica.
Mientras, otras labores que tradicionalmente han estado ligadas a las monjas de clausura, como lavar y planchar los vestidos de comunión, de novia y mantelerías, sí que han entrado en decadencia.
El expolio de las monjas de Mula
Un Cristo de marfil, varias esculturas del niño Jesús (entre ellas una de Roque López) y cuadros de primer orden como los retratos del rey Felipe V y de la reina María Luisa de Saboya, así como lienzos de temática religiosa. Así, hasta 80 piezas. Es lo que se supone que han sacado del Convento de la Encarnación de Mula las monjas Clarisas, que se mudan a Elche, por la falta de vocaciones en el pueblo, informa hoy La Opinión.
«Las monjas no han contestado». Es lo que aseguran desde la Consejería de Educación y Cultura de la Región, cuando se les pregunta por el escándalo del presunto expolio llevado a cabo por las religiosas en el Convento de Mula.
Cuando la Dirección General de Bienes Culturales tuvo conocimiento de la mudanza que las hermanas estarían llevando a cabo, técnicos de la Consejería se desplazaron al lugar, para hacer un inventario de los bienes. Hay que recordar que se trata de Bienes de Interés Cultural (BIC), que no se pueden mover, salvo previa autorización.
Y no es el caso de lo que, al parecer, hicieron estas monjas. Cuando la Consejería les mandó un requerimiento para pedir explicaciones, no contestaron. No obstante, desde este departamento explican que todavía hay plazo para que las hermanas respondan. Si siguen sin hacerlo, habrá otro requerimiento oficial, «que se está preparando».
Se trataría de bienes muebles con cronologías que abarcan desde el siglo XVII a la actualidad, con un valor histórico y artístico de primer orden.
Según fuentes cercanas al caso, las monjas también se han llevado a Elche el relicario original de la Santa Espina, una reliquia cuya autenticidad está autentificada por el Vaticano y en marzo de 2017 estrenó otro estuche, donado por la Diócesis italiana de Brescia.
La Opinión intentó recabar la versión de las Clarisas de Elche, que rechazaron hablar. En Elche, las Hermanas Clarisas llevan once años en unas instalaciones nuevas junto al río Vinalopó después de dejar el centro de la ciudad por haberse quedado pequeño el antiguo convento de La Merced.
Desde su nuevo lugar de oración, las monjas de clausura se han convertido en grandes productoras de obleas, llegando a distribuir 400.000 unidades al mes a parroquias de toda España. También acogen varios días en su hospedería hasta a gente que acude a encontrarse consigo misma y que buscan su momento de espiritualidad.
Recientemente pidieron al Ayuntamiento una licencia de obras para hacer una reforma en el convento, pero al parecer no guarda relación el patrimonio procedente de Mula. Fuentes cercanas a la orden religiosa indican que el permiso solicitado tenía que ver con unas obras para adecuar la hospedería.
Con un horno industrial muy específico, de los pocos que existen en España, trece religiosas se dedican cada día a dar forma a miles de hostias artesanales, convertidas en sagradas por la Iglesia católica.
Mientras, otras labores que tradicionalmente han estado ligadas a las monjas de clausura, como lavar y planchar los vestidos de comunión, de novia y mantelerías, sí que han entrado en decadencia.
Comunicado íntegro del Ayuntamiento de Mula
Desde
el Ayuntamiento de Mula queremos aprovechar estas líneas para mostrar,
el pesar y el sentimiento de pérdida que toda la ciudad de Mula siente
con la ausencia de las Hermanas Clarisas del Real Monasterio de la
Encarnación tras más de tres siglos de permanencia de esta orden en
nuestra ciudad.
Un monasterio que a lo largo de sus más de trescientos
años de vida conventual ha compartido con los muleños momentos clave de
la historia muleña, siendo una orden religiosa muy querida y apoyada por
los ciudadanos que siempre han estado junto a las hermanas.
Prueba de
ello es el grandísimo apoyo que el pueblo de Mula mostró a la orden
religiosa tras la guerra civil, volcándose a través de donaciones
particulares y ayudas económicas con las religiosas para que más pronto
que tarde recobrase la vida religiosa y espiritual tras la contienda del
36.
Desde
que este Ayuntamiento tuvo constancia de la decisión del Vaticano de
cerrar aquellos monasterios y conventos que no alcanzasen un número
mínimo de religiosas y que ésta normativa afectaba gravemente a nuestro
Real Monasterio de la Encarnación, nos pusimos a trabajar para intentar
evitar este triste desenlace que ahora vivimos.
Han sido meses de arduo
trabajo y negociaciones con las religiosas que debido a la prudencia y
discreción, necesarios en momentos de negociación, hemos llevado con la
máxima confidencialidad posible ante la opinión pública.
Una vez
llegado a su fin de manera irreversible este lamentable proceso de
clausura de nuestro querido Monasterio y en un ejercicio de
transparencia e información a la ciudadanía, es voluntad de este
Ayuntamiento hacer saber a todos cuantos esta situación ha preocupado e
interesado, todos los pasos y procedimientos que hemos llevado a cabo
teniendo siempre presente un doble objetivo; conservar la vida monástica del edificio y salvaguardar el patrimonio artístico del mismo:
- Tras las primeras confirmaciones de la intención de la Orden de cerrar el convento, y viniendo la norma desde Roma, el Ayuntamiento envió carta dirigida al Papa Francisco manifestando la voluntad de este municipio de evitar el cierre de este. Carta de la que tuvimos respuesta, señalándonos desde el Vaticano que estudiarían la petición.
- Mantuvimos un encuentro con el Obispo de la diócesis de Cartagena, en la que nos aseguró que la diócesis se haría cargo del culto de la iglesia pero que la cuestión del cierre del convento era una decisión de la Orden y en este sentido tenían autonomía para ello.
- Tras despachar con el Obispo nos dirigimos a la Superiora de la Provincia de la Orden de Santa Clara, teniendo con ella una intensa reunión en el convento de Santa Clara de Murcia, al que se desplazó el alcalde y el concejal de Cultura. En dicha reunión se le manifestó la voluntad del Ayuntamiento de realizar un convenio con la Orden y de asumir la cesión del edificio, reconociendo y respetando la propiedad del mismo por parte de la Orden y conveniando en los términos que ambas partes, Religiosas y Ayuntamiento, acordasen el uso y el disfrute para los muleños y muleñas.
- Asimismo, les manifestamos la disposición de dicho Ayuntamiento de trabajar de forma conjunta en la búsqueda de soluciones al grave problema de conservar para el municipio el histórico edificio, así como el ajuar patrimonial que conservaba en su interior.
- Paralelamente a estas negociaciones, y tras ser informados por las Hermanas que estaban buscando otras órdenes dispuestas a quedarse con el convento, el Ayuntamiento estuvo incluso contactando, personalmente, con instituciones religiosas de toda España para que ocupasen el monasterio y así evitar el cierre y deterioro del edificio y trabajar conjuntamente con las hermanas en una solución.
- La Dirección General de Bienes Culturales, enterada del futuro cierre del convento y debido a que tanto el edificio como el ajuar está declarado Bien de Interés Cultural, intervino preocupada por el incierto futuro patrimonial de las decenas de piezas que forman parte del BIC.
- En dicha intervención, las Hermanas Clarisas confesaron haber trasladado, por cuestiones de seguridad, todo el patrimonio al convento de Hermanas Clarisas de Elche, ya que es el convento al que van destinadas las dos hermanas que forman la comunidad de hermanas de Mula. Dichas hermanas han sido requeridas por la Dirección General por haber ocasionado dos infracciones graves;
Trasladar
las piezas del convento sin previo aviso ni información a la Comunidad
Autónoma y, además, moverlas a la Comunidad Valenciana, siendo este
hecho motivo de sanción.
- Enterado el Ayuntamiento de este hecho, las autoridades locales se trasladaron hasta el convento de Elche, donde tuvo una intensa reunión con la superiora en la que se les mostró gran preocupación y se les ofreció los medios del Ayuntamiento para la devolución de las piezas así como el Convento de San Francisco, edificio que tiene un lugar de seguridad habilitado a tal efecto, como lugar donde albergar de forma temporal las piezas y así librar a la Comunidad Religiosa de la posible sanción que puedan sufrir, encontrándonos con una respuesta negativa ante la propuesta del Ayuntamiento, negándose a la devolución de las piezas artísticas.
En todo
este intenso proceso la comunicación entre la Orden religiosa y el
Ayuntamiento ha sido continua, pero, lamentablemente, esta semana pasada
recibimos una llamada de las hermanas comunicándonos el inminente cese
de vida religiosa en el monasterio que, según ellas, será ocupado
posiblemente por una asociación religiosa masculina.
Lamentamos
profundamente que hayan cesado las negociaciones con el Ayuntamiento de
forma unilateral sin cerrar acuerdos y consensos respecto al Edificio y
a las piezas que albergaba en su interior, privando al pueblo de Mula
del mismo.
Solo nos
resta esperar qué decisiones tomarán otras administraciones al haberse
modificado de forma sustancial el BIC del Real Monasterio de la
Encarnación y manifestar públicamente que, a pesar de que el gran
esfuerzo en los últimos meses haya tenido un resultado negativo para
nuestra cultura y patrimonio, desde el Ayuntamiento de Mula seguiremos
dando los pasos oportunos en defensa de este, trabajando de forma
rotunda como hasta ahora se ha venido haciendo.
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