Sánchez tiene mucha prisa en lograr la investidura y se tragará como
un fakir todo lo que ERC le ponga por delante, y lo que exija Podemos
también. No vano en La Moncloa saben o deberían saber lo que pasará en
el Parlamento Europeo (PE) cuando la Justicia española recurra a esa
Cámara para pedir los suplicatorios de los golpistas catalanes que allí
entren como diputados.
Y cuando la Justicia española pida al Parlamento Europeo el
suplicatorio para la extradición de los delincuentes Junqueras,
Puigdemont y Comín, a fin que Junqueras cumpla su condena y los prófugos
sean extraditados a España ¿qué harán entonces el Gobierno de Pedro
Sánchez y el PSOE en la Eurocámara? ¿Votar contra España, proteger a los
golpistas en el seno de la UE y aceptar así la declaración
independencia que el soberanismo catalán impuso en Cataluña en octubre
de 2017?
Si el PSOE, para salvar la investidura de Sánchez y a su pretendido
socio Junqueras, vota en contra de la Justicia de España en el PE y le
secunda una mayoría del Parlamento Europeo ello se convertirá en un acto
de traición de Pedro Sánchez a España. Y abrirá en el seno de la UE la
puerta a las declaraciones regionales de independencia de manera
unilateral, como puede ocurrir en la Padania, Córcega, Baviera etc,
dinamitando la UE.
Y con semejante deriva en España crecería el anti europeismo de
manera exponencial, porque la UE estaría poniendo en peligro la unidad
nacional y denostando la soberanía española, y eso sería el principio
del fin de la UE.
Sánchez, en estas circunstancias, podría optar por conceder indultos a
los golpistas presos y condenados en el Tribunal Supremo pero eso
empeoraría más aún la situación (bastante daño han hecho negociando con
Junqueras) y abriría en España una bronca nacional que abundará en favor
de la ruptura y la centrifugación de la UE.
De manera que mucho cuidado con las consecuencias del pretendido
pacto de investidura de Sánchez con Podemos -que también quieren
destruir la UE- y con ERC, porque los efectos verdaderos y definitivos
de la sentencia de la Corte de Luxemburgo son más graves y complejos de
lo que a simple vista parece. Y lo que, por lo que se ve, no han
entendido en Moncloa ni en el Consejo de Ministros.
Sánchez y el PSOE tienen la obligación política, moral y legal de
actuar ante el Parlamento Europeo en defensa de la Justicia española, de
la unidad del España y de la soberanía nacional. Lo que constituye el
compromiso con la Constitución que Pedro Sánchez prometió ‘guardar y
hacer’ ante el Jefe del Estado y la ministra de Justicia, en su
condición de notaria mayor del Reino de España.
Cuidado, pues con el pacto de investidura con ERC que en este momento
es pura dinamita que puede estallarle a Sánchez (y al PSOE) en las
manos con suma facilidad. Sánchez cree que si logra la investidura
después tendrá las manos libres para hacer lo que quiera e incluso
cambiar de opinión.
Pero eso sería como jugar a la ruleta rusa. Porque se puede engañar a
unos cuantos pero no a todos a la vez. Como parece creer Sánchez y, si
es así, se va a equivocar y meterá a España en un laberinto del que no se
podrá salir hasta que Sánchez desaparezca de la política nacional.
(*) Periodista
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