MURCIA.- La Región de Murcia es desde el domingo la primera comunidad en la que Vox logra alzarse como primer partido. Obtuvo el 28% de los sufragios, un punto y medio por encima del PP y casi tres por encima del PSOE. El 28-A el partido de Santiago Abascal obtuvo el 18,6% de los votos y más de 50.000 votos menos de los que logró en las estas elecciones, según un relato en La Vanguardia de hoy.
Los sondeos ya le auguraban unos buenos resultados en esta comunidad autónoma pero pocos preveían que pudiera convertirse en la primera fuerza política.
¿Qué ha pasado? Los analistas políticos de la región
debatían ayer las causas en las tertulias locales. No es fácil llegar a
conclusiones definitivas. Queda claro que el PP, pese a obtener un
escaño más que el pasado 28 de abril, ha perdido la hegemonía política
en esta comunidad donde los populares han sido el eje del sistema
político murciano durante desde hace muchos años. Murcia sigue escorada a
la derecha pero se ha ido más al extremo.
A este giro del electorado han colaborado a partes iguales circunstancias propias y ajenas. Sin duda, el procés ,
las imágenes de Barcelona en los días posteriores a la sentencia, han
pesado en una región donde el sentimiento español pesa mucho. Del mismo
modo, la exhumación de los restos de Francisoc Franco del Valle de los
Caídos, ha actuado como un estimulante del voto extremo en una sociedad
que es profundamente conservadora.
La ultraderecha ha sido la lista más votada en dieciséis de
los 45 municipios de la Región, ganando en importantes ciudades de la
comunidad como Cartagena –donde PP, PSOE y Ciudadanos gobiernan en un
pacto que no ha gustado a los vecinos– Molina de Segura y Alcantarilla.
Además, se sitúa como segunda fuerza en Murcia capital y Lorca.
Pese a que los populares han recuperado
posiciones, con una subida de más de 8.000 votos lograron tres
diputados, uno más de los que tenían en la legislatura pasada, no han
logrado detener el imparable avance de Vox.
Lo que más ha deteriorado la imagen del PP de Murcia ha
sido la degradación y los graves problemas medioambientales que sufren
las aguas del Mar Menor y que en las pasadas semanas ofreció a medio
mundo unas imágenes apocalípticas con miles de peces agonizando en la
orilla por falta de oxígeno en el agua.
Buena prueba de ello es que los de Abascal ha recogido más
adhesiones en el campo y la zonas de Cartagena, Torre Pacheco y San
Javier, tres municipios muy afectados por la crisis de la laguna salada
que sufrió un empeoramiento tras el temporal del pasado mes de
septiembre.
Lo que resulta paradójico es que los electores hayan
apotado por Vox, un partido que ni tan siquiera participó en la
manifestación de protesta –una de las más importantes que se recuerdan
en la zona– y que además sintoniza con el negacionismo de la crisis
climática.
El PSOE, por su parte, ha sido otro de los grandes
derrotados en Murcia, al pasar de primera a tercera fuerza política. Los
socialistas mantienen sus tres diputados, pero perdiendo dos escaños en
el Senado tras dejar por el camino más de 14.000 sufragios de los
cosechados en abril.
Su retroceso se produce pese a una intensa campaña
en clave regional centrada en la crítica a la gestión de los populares
con respecto al Mar Menor.
Ciudadanos ya no tendrá representación regional murciana en
el Congreso de los Diputados. La formación naranja, que gobierna en la
Comunidad en coalición con el Partido Popular, pierde la friolera de
98.000 votos con respecto a los anteriores comicios. Del 19,54% del 28-A
pasa al 7,4% de ayer.
La gran pregunta que anoche dejaron las urnas es qué
va a pasar con Ciudadanos, que se queda fuera del mapa en la Región de
Murcia después de cuatro años instalado como tercera fuerza murciana en
las generales. El papel de la formación naranja en el gobierno del PP de
López Miras, con el apoyo de Vox, se pone en cuestión ahora que se
avecina una catarsis interna.
La Región de Murcia es desde el domingo la primera
comunidad en la que Vox logra alzarse como primer partido. Obtuvo el 28%
de los sufragios, un punto y medio por encima del PP y casi tres por
encima del PSOE. El 28-A, el partido de Santiago Abascal se había
quedado en el 18,6% de los votos, con más de 50.000 sufragios menos de
los que logró este 10 de noviembre.
Los sondeos ya le auguraban unos buenos resultados en esta
comunidad autónoma pero pocos preveían que pudiera convertirse en la
primera fuerza política.
¿Qué ha pasado? Los analistas políticos de la región
debatían ayer las causas en las tertulias locales. No es fácil llegar a
conclusiones definitivas. Queda claro que el PP, pese a haber obtenido
un escaño más que el pasado 28 de abril, ha perdido la hegemonía
política en esta comunidad donde ha sido el eje del sistema político
desde hace muchos años. Murcia sigue escorada a la derecha pero se ha
ido más al extremo.
A este giro del electorado han colaborado a partes iguales circunstancias propias y ajenas. Sin duda, el procés, y las
imágenes de los disturbios en Barcelona en los días posteriores a la
sentencia del 1-O, han pesado en una región donde el sentimiento español
tiene mucha presencia. A la vez, el traslado de los restos de Franco
del Valle de los Caídos ha actuado también como un estimulante del voto
extremo en una sociedad que es profundamente conservadora.
La ultraderecha ha sido la lista más votada en dieciséis de
los 45 municipios de la región y ha ganado en importantes ciudades de
la comunidad como Cartagena –donde PP, PSOE y Ciudadanos gobiernan en un
pacto que no ha gustado a los vecinos–, Molina de Segura y
Alcantarilla. Además, se sitúa como segunda fuerza en Murcia capital y
en Lorca.
Pese a que los populares han recuperado posiciones, con una
subida de más de 8.000 votos lograron tres diputados –uno más de los
que tenían en la legislatura pasada–, no han logrado detener el
imparable avance de Vox.
Lo que más ha deteriorado la imagen del PP de Murcia ha
sido la degradación y los graves problemas medioambientales que sufren
las aguas del mar Menor, que en las pasadas semanas ofreció unas
imágenes apocalípticas, con miles de peces agonizando en la orilla por
la falta de oxígeno en el agua.
Buena prueba de esta influencia es que los de Abascal han
recogido más adhesiones en el campo y las zonas de Cartagena, Torre
Pacheco y San Javier, tres municipios muy afectados por la crisis de la
laguna salada, que sufrió un empeoramiento tras el temporal del pasado
mes de septiembre.
Lo que resulta paradójico es que los electores hayan
apostado por Vox, un partido que ni siquiera participó en la
manifestación de protesta –una de las más importantes que se recuerdan
en la zona– y que además sintoniza con el negacionismo de la crisis
climática.
El PSOE, por su parte, ha sido otro de los grandes
derrotados en Murcia, al pasar de primera a tercera fuerza política. Los
socialistas mantienen sus tres diputados, pero han perdido dos escaños
en el Senado tras haberse dejado por el camino más de 14.000 sufragios
de los cosechados en abril.
Su retroceso se produce pese a una intensa
campaña en clave regional centrada en la crítica a la gestión de los
populares con respecto al mar Menor.
Ciudadanos ya no tendrá representación regional murciana en
el Congreso de los Diputados. La formación naranja, que gobierna en la
Comunidad en coalición con el Partido Popular, pierde la friolera de
98.000 votos con respecto a los anteriores comicios. Del 19,54%
conseguidos el 28-A pasa al 7,4% del domingo.
La gran pregunta que dejan las urnas de este 10 de
noviembre es qué va a pasar con Ciudadanos, que se queda fuera del mapa
en la Región de Murcia después de cuatro años instalado como tercera
fuerza murciana en las generales. El papel de la formación naranja en el
gobierno del PP de López Miras, con el apoyo de Vox, se pone en
cuestión ahora que se avecina una catarsis interna.
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