La percepción de la política italiana ha cambiado sustancialmente en
el corto plazo de un mes. Ha resucitado la “finura” a la que se refería
el viejo y ladino Andreotti respecto a la política española. La forma en
la que han descabalgado a Matteo Salvini y recompuesto el gobierno con
otro pacto político hacia la izquierda pone de relieve esa finura.
No faltará quien sostenga que la moción de censura a Rajoy, urdida
por Pablo Iglesias con Pedro Sánchez de beneficiario sin esfuerzo, fue
un caso práctico de “finura” italiana, un acuchillamiento político sin
sangre pero con consecuencias. Pero me parece que el caso español tiene
mucho de oportunismo con poco guión, mientras que el desplazamiento de
Salvini, cuando acariciaba las mejores expectativas electorales, es de
mayor calado, aunque están por ver sus consecuencias posteriores.
En el caso italiano hay un protagonista inesperado: el primer
ministro Giuseppe Conte que de figurón, mediador sin poder, ha pasado a
convertirse en un personaje con autoridad sin militancia de partido. Un
abogado poco conocido aunque con buenas credenciales (idiomas,
experiencia académica y mercantil…) apareció como solución de compromiso
entre los gallos de los nuevos partidos: los estrellas de Grillo y la
renacida y descarada Liga de Salvini.
A Conte no le ha llevado más de una año conseguir apoyos
internacionales de primer nivel (de Trump a Merkel) que han apreciado
las buenas maneras y la prudencia del italiano. La otra sorpresa para
italianos y analistas, fue la somanta que dio Conte a Salvini en el
Parlamento cuando éste precipitó la crisis del gobierno de la que salió
despedido y derrotado. Los pronósticos de voto para Salvini cayeron
varios puntos y a los decaídos “grillinis” la posibilidad de que les
encabece Conte les hace ganar media docena de puntos.
¿Hay tipos como Conte en España? Es muy probable que les haya,
profesionales con cabeza y buenos modos, capaces de encabezar un
gobierno y componer equipos leales; pero los partidos no les van a dar
ninguna oportunidad. Tienen que degradarse más el modelo partidista y
sus liderazgos para tener que explorar biografías más limpias y
abiertas.
Conte ha compuesto un nuevo gobierno para Italia con giro a la
izquierda y al europeísmo tradicional, sin despeinarse; ha obtenido
autoridad y ahora es percibido por la opinión pública (y por sus colegas
europeos) con otros ojos.
Más aun con el inexperto ministro de
Exteriores Luigi De Maio que es líder del Cinco Estrellas” pero que ni
habla idiomas, ni sabe geografía, ni tiene agenda internacional, ni
cuenta con nociones geopolíticas. Al primer ministro le corresponderá el
gasto en los foros europeos, tendrá que recomponer lo que rompa Di Maio
que, como Salvini, empieza a saber que eso de la “finura” cuenta.
España vive como Italia en algunos aspectos, los menos favorables,
pero con retardo, sin esa finura italiana que aparece cuando se asoman a
los precipicios para arrepentirse a tiempo. Ahora falta asistir al
despeñamiento de Boris Johnson y empezará a clarear el panorama en
Europa. Pero…: ¿dónde encontrar en España un Giuseppe Conte?
(*) Periodista y politólogo
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