Este lunes el Presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez,
después de iniciar una serie de reuniones con movimientos sociales para
integrarlos en un posible programa de Gobierno a la portuguesa, Gobierno
monocolor con apoyo de otros partidos desde fuera, ha vuelto a sondear a
los partidos políticos con los que piensa contar y el primero de ellos
ha sido Compromís.
Con los máximos responsables de Compromís se han
reunido en Valencia no sólo el Presidente del Gobierno, sino el
responsable de organización del PSOE José Luis Ábalos y el Presidente de
la Comunidad Valenciana Ximo. Puig. Demasiados para un partido que
aporta un solo voto y que se abstuvo en la investidura fallida del
pasado mes de julio.
Esta misma semana y, tras el despacho del Miércoles del Rey con
Sanchez en Palma de Mallorca, el Presidente reanudará los contactos con
representantes sociales de diversos colectivos, empezando, en esta
ocasión, por los sindicatos y la patronal.
Solamente cuando termine la
ronda con esos movimientos, se entrevistará con representantes de los
partidos políticos, dejando para el final, al aliado clave, Unidas
Podemos, que según recordaba la Ministra portavoz del Gobierno Isabel
Celaá, sigue siendo el “aliado preferente” para ese Gobierno a la
portuguesa, a pesar de la tensión existente, tras los enfrentamientos
que se produjeron, al fracasar los intentos de un imposible Gobierno de
Coalición.
Tensión que se ha intentado despejar, suspendiendo las negociaciones y
dando paso a la reflexión, si bien Pablo Iglesias, que no ha vuelto a
hacer declaraciones desde que en su programa Fort Apache acusó
al PSOE, y Sánchez de no tener proyecto político para España, sigue
insistiendo en que, la única salida al bloqueo actual, es un Gobierno de
Coalición, y que habría que reanudar las negociaciones en el punto en
que se dejaron en julio, es decir, entrada de Podemos en el Gabinete con
una vicepresidencia social y tres Ministerios. Situación negociadora
que rechaza de plano el PSOE.
Estos días han sido aprovechados por Podemos para establecer
contactos en Portugal, con el Bloque de Izquierdas, el más cercano a sus
posiciones políticas, y que, junto al Partido Comunista Portugués, y
los Ecologistas, apoya al primer Ministro Socialista Antonio Costa, para
demostrar que todas las medidas económicas que ha tomado el dirigente
portugués, han sido medidas de derechas, pactada con la derecha, con el
apoyo de la derecha en lo que Podemos considera que es un “engaño”.
La
prueba está en lo contenta que está Europa con la política económica de
Costa, dicen, es que su Ministro de Finanzas, Mario Centeno, ha sido
nombrado Presidente del Eurogrupo y, ha estado en la lista de los
candidatos europeos a dirigir el FMI (Fondo Monetario internacional).
Para el Bloco portugués, y, también para Podemos, eso debe ser más
significativo que el paro haya pasado del 16,3% al 6,7%, que el déficit
fiscal haya disminuido del 11% al 0,5%, que la Deuda Pública haya bajado
trece puntos (del 133% al 120%) y que el PIB esté creciendo por encima
de la media Europea.
Para Iglesias la fórmula portuguesa se llevó a cabo
tras la moción de censura y los socialistas no llegaron a poner en
práctica muchas de las medidas acordadas. Le tiemblan las piernas cuando
tienen que aplicar por ejemplo la congelación de los alquileres o la
bajada del precio de la luz.
En Portugal siguen con interés las repercusiones que el llamado
“Pacto de la “‘geringonça” (chapuza en castellano) esta teniendo en la
política española y como dentro de Podemos, ya aparecen divisiones en la
formación morada por parte de Izquierda Unida y el sector
anticapitalista de la andaluza Teresa Rodríguez, partidarios de ese
pacto del que los portugueses a pesar de todos los problemas se sienten
orgullosos y que Podemos se apresuró a rechazaré insistió, con el
reinicio de las negociaciones entre ambos partidos en el mismo punto
donde habían sido suspendidas: la atribución de una vicepresidencia y
de tres ministerios a Unidas Podemos.
“Podemos considera la “Geringonza”portuguesa una mala experiencia” titula el Jornal Económico
que pone el acento en que Pablo Iglesias y su portavoz Pablo Echenique
creen que la experiencia portuguesa sirve fundamentalmente para que el
partido socialista “pacte con la derecha siempre que les apetezca”.
Gobierno a la portuguesa significa Gobierno en el que yo (Pedro Sánchez
) me apodero del poder 100%, sin negociar, aunque esté lejos de la
mayoría absoluta y con la ventaja de tener las manos libres para pactar
con la derecha siempre que me apetezca”. Pablo Echenique es muy crítico
de la jeringonza, que considera una plataforma que solo sirvió para
que el Partido socialista portugués tuviera las manos libres para
aliarse a la derecha o a la izquierda, y muestra un histórico de los
zigzags del gobierno socialista.
“Después de pactar con la derecha una reforma laboral para
perjudicar a los trabajadores y no reconocer el salario congelado de los
profesores, el Partido Socialista va para elecciones con el objetivo de
no depender de la coalición de izquierda”, escribe Echenique en un
tuit.
“El ex diputado da así a entender – dice el periódico económico
portugués- que la base programática con apoyo parlamentario es solo una
forma de que Sánchez logre formar gobierno, no sintiéndose después
mínimamente comprometido con lo que quede escrito con Unidas Podemos y
que, en ese cuadro, su partido debe rechazar la propuesta.
(*) Periodista y economista
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