La
decepcionante comparecencia ante el Parlamento Europeo de Ursula
Von der Leyen, aspirante alemana a la presidencia de la Comisión
Europea, cuya candidatura debe votarse este martes, provoca una
importante incertidumbre sobre el futuro de la Unión Europea.
Eurodiputados
españoles admiten una gran similitud de la situación con lo que sucede
en España. En nuestro caso, tanto para poder elegir al Gobierno de la
nación como al de Comunidades Autónomas como Madrid y Murcia.
Salvando las distancias, la ideología de los partidos que deberán apoyar a uno y otros gobiernos están en la misma honda.
Si la elegida por acuerdo del Consejo Europeo fuera rechazada por el
Parlamento, el Consejo tendría que volver a presentar un nuevo candidato
y entraría en cuestión el resto de candidatos propuestos por el
Consejo, incluido el español Josep Borrell, que ha sido designado como
Alto Representante de la Política Exterior y vicepresidente de la
Comisión Europea.
La situación es tan incierta que desde el Partido Popular Europeo
llevan días pidiendo responsabilidad a sus colegas del Partido de los
Socialistas Europeos para que no se produzca una situación que podría
llevar a las instituciones a una catástrofe.
Si los socialistas no la apoyan, conducirán la situación a un difícil
callejón cuyas dos soluciones es a cual peor: que no salga elegida como
presidenta de la Comisión o que tenga que serlo con el apoyo de los
nacionalistas y de la extrema derecha.
A 24 horas del debate de investidura todo son lamentaciones entre
muchos europarlamentarios. Su propuesta por parte de la Cumbre Europea
supuso una sorpresa. Es una desconocida en el ámbito comunitario y no es
muy apreciada en Alemania. Un sondeo de la pasada semana para la cadena
de televisión ARD mostraba que el 56% de los alemanes considera que lo
va a hacer mal como presidenta de la Comisión Europea. Sólo el 33% la
considera una buena candidata.
Llega a Bruselas con los recelos de haber plagiado en su tesis
doctoral y su contestada gestión al frente del Ministerio de Defensa
está siendo investigada por el parlamento alemán por haber adjudicado a
dedo contratos y haber permitido sobrecostes pese a haber permitido
importantes deficiencias de equipamiento en el ejército.
Entre las empresas beneficiarias está McKinsey, la consultora donde
trabaja uno de sus siete hijos, que se habría beneficiado de un contrato
a dedo de la propia candidata. ¡Cuantas similitudes con la situación en
España!
Para comprender que Von der Leyen va a tener dificultades para ser
nombrada, solo hace falta mirar los resultados obtenidos por el
candidato socialista a la presidencia del Parlamento Europeo, David
María Sassoli.
Aunque los grupos que se pusieron de acuerdo para apoyarle suman 442
votos, Sassoli solo pudo salir en segunda votación y por 345 votos, casi
100 menos de los que decían apoyarle.
Entre los expertos constitucionalistas europeos, como Wolfgang
Munchau, plantean que la situación genera un muy grave problema de cara
al futuro de la legitimidad democrática europea. O esta legitimidad
democrática se debilita al tener que salir elegida apoyada por la
extrema derecha o puede presidir la Comisión Europea más débil de la
historia.
Eurodiputados españoles conservadores restan importancia a que tenga
que salir apoyada por representantes de los partidos autoritarios de
Hungría y Polonia y se preguntan si no tienen una historia más
reprochable sobre sus espaldas los partidos de la extrema izquierda
herederos de los partidos comunistas de las antiguas colonias de la
extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Si a todas estas similitudes le añadimos la presión que los
nacionalistas catalanes junto al partido de Pablo Iglesias, Unidas
Podemos, incluyen en su reivindicación anticonstitucional de celebrar un
referéndum de independencia, no podemos decir que la situación sea
mucho más sencilla en España.
(*) Periodista
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