VALENCIA.- Agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) de la Guardia Civil contarán
a partir de esta semana con dos nuevos vehículos de lujo con los que
seguir y vigilar a delincuentes de todo tipo, especialmente vinculados a
la corrupción y las redes de delincuencia organizada. Se trata de un Audi Q7 y un Audi Q3, propiedad de Eduardo Zaplana y su esposa, Rosa Barceló, que fueron embargados por la jueza en las investigaciones de la operación Erial contra la corrupción, según el diario Levante.
Zaplana está acusado de diez delitos por haber cobrado supuestamente sobornos millonarios que rondarían los veinte millones de euros a cambio de conceder, cuando era presidente de la Generalitat,
los contratos de privatización de la ITV y el proyecto de parques
eólicos a empresas de la familia Cotino. Las empresas consiguieron un
beneficio de más de 86 millones de euros con esas operaciones, según el
sumario del caso.
6,3 millones en Suiza
El que fue
ministro Portavoz y de Trabajo en los gobiernos de José María Aznar
está en libertad provisional después de que la titular del Juzgado de
Instrucción 8 y la Fiscalía Anticorrupción recuperaran 6,3 millones
ocultos en Suiza y entregados a la justicia por su presunto testaferro,
el abogado uruguayo Fernando Belhot, encargado de mover el dinero del
clan Zaplana por todo el mundo.
La llegada de los dos vehículos de la familia Zaplana a la flota de la unidad de élite de la Guardia Civil culmina una batalla legal entre los investigadores y el ex presidente de la Generalitat.
Los
guardias civiles pidieron en octubre a la jueza encargada del caso
disponer de los coches de Zaplana, su esposa y sus presuntos testaferros
en el bautizado como caso Erial.
La jueza les dio la razón, pero el exministro se opuso y recurrió la
decisión.
Finalmente, la Audiencia de Valencia falló a favor de la
Guardia Civil, que recibirá los coches esta semana. La juez entiende que
el Audi de Zaplana y el de su esposa «se presumen adquiridos con el
dinero obtenido de los sobornos».
Imposibles para los agentes
Los agentes de la UCO podrán utilizar los coches hasta que se conozca la sentencia del caso Erial. Si Eduardo Zaplana es absuelto, recuperará sus vehículos; si finalmente es condenado, los coches pasarían definitivamente a poder del Estado.
Los argumentos de los investigadores, artífices además de las
operaciones contra Francisco Granados e Ignacio González, entre otras,
fueron que los delincuentes vinculados con tramas de corrupción o
narcotráfico «se mueven con vehículos imposibles de ser adquiridos» por
la Guardia Civil dados su «precio, marca, modelo y cilindrada».
De
ahí que para «conseguir la discreción necesaria» y poder vigilar a «las
nuevas formas de delincuencia», los coches de Zaplana, su mujer y sus
testaferros resulten muy útiles. Además de los dos Audi, los
investigadores de la UCO contarán también con el Volvo S80 decomisado a
Juan Francisco García, el exjefe de gabinete de Zaplana; el BMW X3 a
nombre de Costera del Glorio, la empresa de Joaquín Barceló, supuesto
testaferro y amigo de la infancia de Zaplana y un Range Rover Sport
propiedad de «Pachano»; y un Smart Fortwo Coupé y un Honda Jazz Hybrid,
propiedad de Francisco Grau, otro supuesto testaferro de Zaplana.
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