Pedro Sánchez ha puesto en marcha el reloj de la repetición electoral
con vistas a unos segundos comicios que, agotados los plazos de
investidura, podrían celebrarse el próximo día 10 noviembre.
Ayer desde Bruselas el presidente en funciones acordó con la
presidenta del Parlamento Meritxell Batet el inicio del proceso de
investidura el próximo día 22 de este mes y la primera votación por
mayoría absoluta para el día 23, y la segunda por mayoría simple para el
día 25.
Con anterioridad y a su regreso de Bruselas Pedro Sánchez tiene
prevista una nueva ronda de consultas con los tres grandes partidos de
la oposición, PP, Cs y Podemos, que pueden facilitar o bloquear la
investidura aunque en realidad la consulta se reduce a un solo encuentro
con Pablo Iglesias.
No en vano Rivera ya ha dicho -como en la ronda anterior y creemos
que se equivoca – que no acudirá a La Moncloa. Y Pablo Casado, en
compañía de su héroe José María Aznar, ya anunció a Sánchez que el PP no
le facilitará la investidura ni siquiera con la abstención.
O sea, la ronda se reduce al encuentro de Sánchez con Iglesias y con
una sola cuestión a negociar: la entrada o no de dirigentes de Podemos
en el Gobierno de Sánchez. A lo que ya ha respondido Sánchez desde
Bruselas reiterando que la oferta a Podemos se reduce al Gobierno de
colaboración y no de coalición como pide Pablo Iglesias.
Algo que según varios ministros y dirigentes del PSOE es imposible,
porque Sánchez quiere gobernar en solitario con el apoyo externo de
Podemos -a los que ofrece puestos de un segundo nivel en la
Administración- y de los nacionalistas catalanes y vascos.
El bloqueo político parece confirmarse y basta ver la mala cara que
están mostrando los dirigentes de Podemos para entender que son mínimas o
ningunas las posibilidades de acuerdo entre Sánchez e Iglesias durante
el encuentro que ambos van a celebrar en La Moncloa en los próximos
días.
Para facilitar el acuerdo y evitar desconfianzas por parte de
Sánchez, desde Podemos se ha anunciado que ofrecerán ‘lealtad’ al
Presidente en todas las llamadas ‘cuestiones de Estado’, empezando por
el desafío catalán.
E incluso en círculos próximos a La Moncloa se ha especulado con la
idea de permitir la entrada de Iglesias en el Consejo de Ministros con
la idea de su posterior cese, una vez conseguida la investidura y a la
menor actitud de discrepancia o de ruptura en el seno del Ejecutivo, lo
que sería un disparate.
Pero la impresión general es que Sánchez quiere la repetición de
elecciones para el 10 de noviembre, convencido de que ello le va a
beneficiar. Y va a dañar a Podemos, Cs y Vox en beneficio del
bipartidismo de PSOE y el PP.
Además, en el seno de las fuerzas mayoritarias de la UE,
socialdemócratas, conservadores y liberales, no se entendería el pacto
de Sánchez con los populistas de la extrema izquierda de Podemos. Sobre
todo después de que desde el PSOE se hayan criticado los pactos
autonómicos y locales de PP y Cs con Vox.
En todo caso Sánchez tiene 20 días para llegar a un acuerdo con
Iglesias en la reunión que pronto se va a iniciar y que será la quinta
entrevista entre ambos desde que acabaron las elecciones del 28 de
abril.
Y vamos a ver si en esta ocasión Sánchez le dice a Iglesias algo
más que ‘vótame’, que es lo único que hasta ahora le ha dicho en sus
reuniones anteriores a los líderes del PP, Cs y UP. Y con el argumento
de que ‘España necesita un Gobierno’, lo que es tanto como decir que él
necesita renovar el poder.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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